La vorágine del gasolinazo y las insensateces de Donald Trump por poco nos hacen olvidar el México real en el que vivimos y en el que la inseguridad nos consume poco a poco ante la inacción de las autoridades. No suelo exagerar, pero en las próximas líneas verán el por qué de mis palabras.
Dos sucesos violentos irrumpieron en nuestro país este fin de semana, y en ambos las pérdidas humanas se hicieron presentes. Uno fue en Playa del Carmen, Quintana Roo, y el otro —que en realidad es una serie de hechos— se suscitó en diferentes partes del Estado de México. Lo particular del asunto es que el gobierno de uno de los estados puso manos a la obra desde el primer momento, y la administración de la otra entidad… pues ni sus luces.
El bar Blue Parrot en Playa del Carmen albergó por 10 días el concurrido Festival de Música Electrónica BPM que se realiza cada año en diferentes sedes. Pasada la medianoche se desató un tiroteo y hasta el momento se manejan cinco muertos y 12 heridos. Se habla extraoficialmente de un asunto de vendedores de droga.
Inmediatamente después de los hechos, el fiscal del estado, Miguel Ángel Pech Cen, acudió al lugar, y desde es momento encabeza las investigaciones y da la cara a los medios de comunicación. Es más, el gobernador Carlos Joaquín González, ya dio declaraciones y aseguró que se indagará el suceso para detener a los responsables.
En tanto, en las últimas 48 horas, un comando de cinco sujetos asesinó a una madre y su hijo en una de las zonas más peligrosas de Toluca, capital del Estado de México; en Chimalhuacán, otro municipio mexiquense, una pareja fue acribillada; y dos mujeres fueron asesinadas por impacto de bala en Tlalnepantla y una más en Ecatepec, uno de los municipios más peligrosos no solo de la entidad, sino del país.
En estos hechos donde hubo siete ejecuciones, no se sabe nada. Tampoco se tiene registro de que el procurador o algún miembro de la administración del estado encabece indagaciones, y lo peor, colegas cuentan a esta columna que cuando se pide información al respecto, se niega por supuesto entorpecimiento de las investigaciones.
Carlos Joaquín, el mandatario de Quintana Roo llegó a ese puesto por una alianza entre la oposición que encabezaron el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática; y al Estado de México lo encabeza Eruviel Ávila, emanado de las filas del Partido Revolucionario Institucional. Alguien sí hace la tarea.
PARA EL REGISTRO Y para estar ad hoc, una anécdota. Desde el viernes pasado falla el servicio de internet Total Play en mi casa, que es su casa. Por supuesto, y como todo cliente, generé reportes, hablé con una decena de personas, y pues a la de diez intentos respondieron. Lo preocupante del asunto no es que aún siga sin internet, sino que el supervisor de la cuadrilla que acudió a revisar el desperfecto en la vía pública de mi colonia —que vale más decir se encuentra enclavada en uno de los focos rojos de Ecatepec, Estado de México—, me pidió, no, es más, me rogó que organizara a los vecinos para “cuidar” a sus trabajadores de la delincuencia mientras trabajaban, ya que les han robado desde herramientas, hasta unidades enteras. En fin, los ciudadanos haciendo las labores de la policía. ¿Hasta cuándo señor Eruviel? Gracias, hasta mañana.
@betata75