El 4 de mayo pasado el cuerpo del periodista Armando Saldaña Morales fue encontrado cerca del pueblo de Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca. Le habían disparado varias veces y su cuerpo mostraba señales de tortura.
Saldaña Morales vivía al otro lado de la frontera en el estado de Veracruz, y trabajó en la emisora de radio “La Ke Buena 100.9 FM”. Antes había trabajado para varios medios de comunicación precisamente ahí, en Veracruz, uno de los estados mortales en nuestro país para los periodistas.
Saldaña fue el tercer periodista de ese estado en ser asesinado este año y el duodécimo desde que el actual gobernador, Javier Duarte, asumió el cargo en 2010, lo que demuestra una falta de protección a la labor de los comunicadores y una poca defensa a la libertad de expresión en el estado.
Pero el problema no se limita a esta entidad. México se ha convertido en los últimos años en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.
De acuerdo con Artículo 19, una organización que supervisa y promueve la libertad de expresión a nivel internacional, hubo 326 agresiones contra periodistas en México en 2014, y aunque el gobierno ha enfrentado el problema con la creación en 2012 del Mecanismo Nacional para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, este organismo no ha funcionado como debería.
En un severo análisis sobre esta inacción gubernamental, la Oficina en Washington para Latinoamérica (WOLA por sus siglas en inglés) asegura que es urgente fortalecer este organismo porque a todas luces no cumple con su cometido.
WOLA y otras ocho organizaciones internacionales de derechos humanos aseguran que el Mecanismo ha sufrido continuamente de una escasez de personal y de fondos, inhibiendo su capacidad de responder de manera oportuna y eficaz a las solicitudes urgentes.
Hasta hace poco, la mayoría de los puestos del personal habían sido temporales y las transiciones de liderazgo recientes, incluyendo la salida de la directora del Mecanismo, exacerban estos problemas.
Se han presentado también retrasos importantes en la realización del análisis de riesgo inicial, que determina si la situación de un individuo merece protección, y es grave la falta de claridad en cuanto a la metodología utilizada para determinar si un caso es aceptado para el Mecanismo.
Seamos honestos, en México los defensores y periodistas amenazados sólo estarán a salvo cuando los individuos, los grupos criminales o servidores públicos que atacan o acosan sean llevados ante la justicia. Actualmente los ataques rara vez se investigan y casi nunca son procesados correctamente.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos en su informe sobre la materia de 2014 asegura que el 89 por ciento de los ataques contra medios de comunicación, los asesinatos y desapariciones de periodistas registrados en 2013 se mantuvo en la impunidad.
La libertad de expresión seguirá siendo limitada en México a menos que las autoridades mexicanas realicen las correctas investigaciones y enjuiciamientos de estos delitos a fondo, y aplique mecanismos eficaces para proteger a los defensores de derechos humanos y periodistas en riesgo.
PARA EL REGISTRO Y sigue la mata dando. La víspera fue asesinado el candidato a la diputación federal por Valle de Chalco, en el estado de México, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Miguel Ángel Luna, cuando se encontraba en sus oficinas. El aspirante fue atacado por sujetos armados por lo que fue trasladado a un hospital de la zona aunque a consecuencia de las heridas perdió la vida. Las elecciones de la violencia. Sin más. Gracias y hasta mañana.