ANTONIO BETANCOURT
La guerra es uno de los peores trances por el que pueden atravesar los pueblos. La pérdida de vidas humanas por el poder, la ambición y el encono, es la peor de las tragedias.
Durante los años 2000 a 2005, la organización islamista Hamás despachó a decenas de niñas y niños palestinos a inmolarse en Israel con el único objetivo de asesinar civiles.
Esa fue la razón que llevó a Israel en 2004 a construir el muro que desde entonces ha evitado la penetración de terroristas suicidas, y que dificultó la vida diaria de los residentes palestinos de Cisjordania.
Nadie culpó a Hamás por la muerte de esos niños, y miles de palestinos que trabajaban diariamente en Israel perdieron sus empleos debido al terrorismo suicida.
En 2007, Hamás expulsa a la Autoridad palestina de Gaza, tras combates de dos días, y convierte la franja en un territorio desde el cual se ataca a Israel con cohetes.
Las operaciones militares que Israel se ha visto forzada a realizar en la Franja de Gaza en defensa propia han sido aprovechadas por Hamás para mostrarse como los “defensores de los palestinos”.
Como se sabe, Hamás se opone al Estado Palestino. Su objetivo es la aniquilación de Israel, algo que no va a lograr, por lo tanto su única estrategia es seguir victimizando a la población palestina sin importar el costo.
El número de palestinos muertos en la actual ofensiva israelí contra Gaza alcanzó ya la cifra de 701, en su mayoría civiles. Hay 4 mil 525 heridos y según la ONU el número oficial de desplazados superó las 110 mil personas, el doble de lo esperado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados palestinos (UNRWA) en su plan de contingencia.
Una historia terrible que nos hace recordar lo que los políticos y terroristas son capaces de decir o hacer con tal de satisfacer ambiciones.
Rememoremos algo de esto que involucra a nuestro país: en plena campaña presidencial en los Estados Unidos en 2011, el actual gobernador de Texas, Rick Perry (sí, ese que es enemigo de los migrantes, del aborto y de los homosexuales) se atrevió a decir que la organización terrorista Hamás actúa desde México.
En un debate entre aspirantes a la nominación presidencial del Partido Republicano, dijo que el grupo islámico Hezbolá y el grupo islámico palestino Hamás tiene células en nuestro país y que operan activamente.
“Estamos viendo países empezando a entrar y a infiltrar (el continente) sabemos que Hamas y Hezbola están trabajando en México, así como Irán con un complot para entrar a Estados Unidos”, mencionó Perry a pregunta del presentador Wolf Blitzer de CNN en torno a la seguridad con México en aquella ocasión.
Es más, en su afán de ganar adeptos se atrevió a afirmar, sin mostrar pruebas, que los terroristas que han actuado en territorio estadunidense ingresan al país vía territorio mexicano.
Afortunadamente salió al quite el entonces embajador mexicano ante EU, Arturo Sarukhan, quien vía mensaje en su cuenta oficial de Twitter pidió enérgicamente revisar esos datos.
Tal vez debamos modificar ligeramente la entrada de esta colaboración, y decir que no solo las guerras son una tragedia para los pueblos, sino también los políticos que en sus ansias de poder envilecen y degradan a sociedades enteras.
Perry ha sido un dolor de cabeza desde siempre para México; ha sido el gobernador que más ha ejecutado presos, muchos de ellos mexicanos, y es claramente una persona voluble con los latinos en su estado, un día los apoya y al otro los condena.
Su última “travesura” fue blindar la frontera Texas-México con la Guardia Nacional, ante la invasión migrante de niños mexicanos y centroamericanos, un movimiento a todas luces electorero, pero que lamentablemente facilita el maltrato a aquellos que solo buscan una mejor vida.
Estamos en el 2014, y no hay evidencias de que los grupos extremistas Hamás o Hezbolá actúen en territorio nacional. Gracias. Hasta mañana.