ANTONIO BETANCOURT
Con motivo del fin de curso, hace unos días amigos de toda la vida nos visitaron porque han decidido viajar por el país para mostrar a sus hijos diferentes lugares de este México querido. Se nos hace una gran idea que permite tanto a ellos como a nosotros, conocer lo que se hace y se dice en otros lugares de nuestro territorio.
Uno de ellos es originario de Papantla, Veracruz, una región bella colmada de todos los tonos verdes posibles, con gente amable y comida excepcional; amentablemente, también está agobiada por la pobreza, y a últimas fechas por la delincuencia.
Para solucionar la segunda, nos aseguraron que ya se forman las autodefensas similares a las que actúan en Michoacán, su argumento –por demás lógico– afirma que con el solo hecho de organizarse y presentarse como grupos de ciudadanos armados, obtendrán la atención del gobierno. Tienen razón.
¿Y qué han hecho para abatir la pobreza? Pues bien, existe en esa zona un pueblo que ante la falta de dinero corriente decidió inventar sus propios billetes y usarlos como moneda de uso para comprar comida, ropa y pagar servicios.
Se trata de Espinal, municipio ubicado en el norte del estado de Veracruz y cercano a Tamaulipas. La novedosa moneda (en billete) se llama Tumín, significa «dinero» en lengua totonaca.
Su valor nominativo es de un peso mexicano. Su tamaño es de 5×8 centímetros. Tiene impresas imágenes de pintores mexicanos, de tradiciones y productos de la zona. Lo ha documentado muy bien la ONG Periodistas de a Pie, ya que en esos lugares el fenómeno migratorio -el cual estudia- es intenso y diverso.
A diferencia del peso tradicional, su circulación está avalado por quienes lo utilizan siendo la premisa, el bien común. El Tumín representa apoyo y ahorro para la economía de los lugareños.
La primera vez que se supo de este sistema fue allá por noviembre del 2012, y a la fecha comunidades de los estados de Chiapas, Puebla, Hidalgo y el Distrito Federal han adoptado al Tumín como moneda alternativa.
En síntesis, es un sistema solidario de trueque donde el dinero parece recobrar su origen histórico: lo que vale no son los billetes o monedas metálicas, sino lo que las personas dan o hacen algo a cambio.
Según versiones, el Banco de México está enterado de esto hechos y podría acusarlos de rebeldía monetaria. Es más, se dice que en la Procuraduría General de la República se tiene un expediente abierto y ya se investiga a estos valientes que se atrevieron a desafiar al peso.
En estos pueblos esos billetes son usados como vales en un sistema local de trueque de bienes y servicios, pero el gobierno federal considera que se incurre en rebeldía monetaria y en fraude por intentar sustituir al peso.
Pero, ¿de dónde surgió esta idea? Pues bien, el proyecto fue activado por un grupo de maestros de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) y ya comienza a extenderse a muchos municipios del sureste mexicano, por lo que ha despertado el interés de la prensa nacional e internacional.
Quienes utilizan esta moneda desde hace dos años –que asegura nuestro amigo les conocen como «panchólares»– afirman que les alcanza más el dinero porque se promueven productos regionales, sus relaciones con otros socios son cada vez más cercanas, se estimula la microproducción y su municipio, sumido en el olvido y la pobreza, gana identidad y visibilidad. Todo por el tumín.
La gente puede pagar una parte de sus servicios con dinero, y si no tienen, utilizan los tumines para completar la cantidad, y quien los recibe, podrá hacer lo mismo en los comercios participantes, que cada vez son más.
El tumín esta hecho de papel de ocho centímetros de largo por cuatro centímetros de ancho, con denominaciones de 1, 5, 10 y 20 túmin. Están diseñados de forma artesanal, con la obra de pintores mexicanos, en cuyo frente se lee: «Mercado alternativo y economía solidaria», y en el dorso: «Sembremos justicia y el fruto será paz», con el sello y nombre de sus promotores: Juan Castro Soto, presidente, Álvaro López Lobato, secretario, y Blanca Xanath García Cruz, tesorera. ¡Qué tal! Gracias. hasta mañana.