Nieto.
Uno de los frentes es encabezado por la procuradora general de la
República, Arely Gómez, y el comisionado nacional de Seguridad, Renato
Sales, quienes insisten en enviar cuanto antes a Joaquín “El Chapo”
Guzmán a los Estados Unidos.
En el otro bando, los asesores cercanos al primer mandatario quieren
explotar la línea política lo más que se pueda, y buscan imponer la
postura de que es mejor mantenerlo en el país, ya que políticamente
dará fortaleza al gobierno peñista en momentos en los que más la
necesita.
Estos cercanos al presidente le venden la idea de que tener a este
peligroso capo en el sistema carcelario nacional es la mejor manera de
enviar el mensaje internacional de gobernabilidad y fuerza, y
representaría un broche de oro para su sexenio.
Lo que no entienden estos burócratas de escritorio es que la añeja
corrupción del sistema penitenciario mexicano ya demostró que no puede
sostener a un delincuente de esta magnitud.
Estos asesores, jóvenes en su mayoría, son ajenos a la realidad dura
del país y tienen una versión equivocada de México. Rara vez salen de
sus oficinas y tratan a toda costa de evitar que Loera pise suelo
norteamericano para beneficio de su jefe.
La procuradora sabe bien de las dolencias del sistema penitenciario y es
consciente de que todavía no se resuelve esa parte estructural de
corrupción que puede permitir fugas como las que ha protagonizado
Guzmán, y sabe también que ni siquiera está claro qué falló en esos
episodios, ya que no se han señalado responsables directos.
El sistema de readaptación social y gobernabilidad mexicano está
dañado, y lo único que debe importar ahora es que un hombre como
Guzmán Loera no se vuelva a fugar, y eso no lo puede garantizar este
gobierno.
Entiendan, la extradición de “El Chapo” debe darse lo más rápido
posible porque estamos asumiendo los costos de la inseguridad y
corrupción de un tipo con una capacidad financiera que le permitió
construir un túnel de kilómetros y sostener una nómina ilícita
impresionante.
Los asesores presidenciales se equivocan porque no hay nada que
garantice que vuelva a burlar a la justicia, y si Enrique Peña Nieto
quiere dormir tranquilo debe enviarlo a Estados Unidos ya.
PARA EL REGISTRO No perdamos la brújula, el verdadero debate no está
en las frivolidades del oficialismo mediático que nos aporta un día
sí y el otro también detalles de las andanzas de Kate del Castillo y
“El Chapo”. La inseguridad cotidiana y el narcotráfico nos abruman
y esta telenovela quiere vendernos una ficción grotesca. No caigamos
*** Nuevo año y nuevos bríos para esta colaboración que hoy reinicia.
Un saludos a todos aquellos lectores que de una u otra forma estuvieron
al tanto de nosotros. A darle. Gracias. Hasta mañana.
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