El insensato presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, parece haber mentido una vez más para justificar la necesidad de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que su país mantiene desde hace más de 30 años con México y Canadá.
Los funcionarios de la administración Trump están inflando de manera intencional el déficit comercial entre Estados Unidos y México para que se vea más grande de lo que parece, probablemente para apoyar su locura de imponer aranceles altos o desmantelar el Tratado que atacó desde su campaña.
Según informes de periódicos estadunidenses, los principales asesores del presidente, incluido el jefe de su nuevo consejo comercial, Peter Navarro, proponen incluir sólo «exportaciones nacionales» (exportaciones de bienes producidos en Estados Unidos) en esta tramposa manera de medir las balanzas comerciales bilaterales con México y otros países.
Esto excluiría las «reexportaciones», mercancías importadas a los Estados Unidos de otros países (como Canadá o China) y transbordadas a México, que actualmente se cuentan en las exportaciones totales de los Estados Unidos.
A pesar de su motivación política, la nueva contabilidad propuesta daría una medida más precisa de las exportaciones estadounidenses. De hecho, el déficit de Estados Unidos con México se vería más cerca de lo que México reporta como su superávit con Estados Unidos.
Para 2016, Estados Unidos reportó un déficit de 63.2 mil millones de dólares con México, mientras que nuestro país reportó casi el doble de un superávit de 123.1 mil millones de dólares con los Estados Unidos.
Entonces, si Estados Unidos excluye las reexportaciones, su déficit comercial con México para el 2016 sería de 115.400 millones de dólares, lo que está mucho más cerca del número mexicano. Sin embargo, este recálculo no corrige otro sesgo, lo que hace que el déficit de Estados Unidos con México parezca artificialmente grande.
Las importaciones se miden por el valor total de las mercancías cuando entran en el país, desde la nación de origen inmediato. Pero en las cadenas mundiales de suministro, sólo parte del valor agregado de las mercancías importadas proviene de cualquier país.
Una televisión, por ejemplo, se puede ensamblar en México con componentes importados de Corea y otras naciones de Asia Oriental. Como resultado, las importaciones estadounidenses reportadas desde México (especialmente de manufacturas) exageran enormemente el contenido mexicano de esas mercancías.
Aunque las limitaciones de los datos no permiten un cálculo exacto del contenido mexicano de las importaciones estadounidenses de México, es probable que sea relativamente baja. De hecho, el bajo porcentaje del valor agregado mexicano en las exportaciones mexicanas es una de las razones principales por las que el país no ha obtenido casi el mismo crecimiento de empleo que esperaba al ingresar al TLCAN.
Incluso si se excluyen las «reexportaciones», México sigue siendo el segundo mayor mercado de exportación para los Estados Unidos (después de Canadá), y las exportaciones estadounidenses a México son 65 por ciento mayores que las exportaciones estadounidenses a China.
Si el gobierno del tirano Trump se toma en serio el hecho de que Estados Unidos sea más competitivo frente a China, debería pensar en ver a México como un socio y no como un enemigo.
Más de un analista se pregunta si la verdadera cuestión es si las políticas comerciales de Trump, con México y más allá, crearán las ganancias prometidas a los trabajadores estadounidenses o enriquecerán aún más a sus aliados, los multimillonarios corporativos y los magnates de Wall Street.
PARA EL REGISTRO Todo parece indicar que ha salido de la congeladora el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. ¡Y qué bueno! No todo lo puede protagonizar el canciller Luis Videgaray. La embestida de Trump contra los connacionales y los miles de deportados que espera México representan un problema de política interior, área a cargo de Chong precisamente. Gracias y buen inicio de semana.
@betata75
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