La inseguridad que prevalece en el país pega a todos niveles, y el sector del transporte de carga no es la excepción.
Los transportistas son los testigos involuntarios de la violencia que se vive en numerosas localidades del país, ya que llevan a lo más recóndito suministros y productos, lugares en los que comunmente ni la policía se aparece.
Según el Banco Mundial, México está considerado como un país de alto riesgo en materia de robos en transporte de carga; en 2013 se reportó un aumento de 38% de los asaltos a este sector, de ellos un 18% fue con violencia en todo el país, con un total de unos 4 mil 200 (3 mil 664 en zonas urbanas, 547 en carreteras).
El 78% de estos ilícitos se cometieron en los Estados de México, Jalisco, Michoacán, Morelos y en el Distrito Federal. Desafortunadamente en 2014 sigue la misma tendencia con un alza de un 25% en lo que va del año.
Según las estadísticas, las agresiones en contra del transporte de carga se dan prácticamente en todo México, pero más en los tramos de Sinaloa-Jalisco, México-Puebla, Puebla-Veracruz, Michoacán-Jalisco, México-Querétaro, Querétaro-Guanajuato y Guanajuato-San Luis Potosí-Monterrey, además en los Estados de Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas y Chiapas.
Es más, según testimonios, la ruta México-Puebla-Veracruz es conocida por los transportistas y conductores como el “Triángulo de las Bermudas”, debido al gran número de camiones desaparecidos, además del alto nivel de robos y secuestros.
Según las empresas del ramo, entre las carreteras más peligrosas del país para el transporte de carga por robos, violencia y secuestros figuran las de la “Rivereña”, que conectan Reynosa con Laredo, Monterrey-Tampico, Matamoros-San Fernando, Monte-Ciudad Victoria, y la de Hidalgo-Tampico.
Las intersecciones de carreteras nacionales señaladas como las más afectadas son entre Michoacán-Jalisco-Guanajuato, por la presencia de diferentes narco-cárteles. Otros “focos rojos” resultan en la carretera de Morelia-Salamanca y de Pátzcuaro al Puerto de Lázaro Cárdenas.
Los “Top 5 de Robos” constituyen las carreteras de acceso y salida del Distrito Federal, de los Estados de México, de Jalisco, de Nuevo León y de Puebla.
Según datos de la ONG Seguridad, Justicia y Paz, el modus operandi de los delincuentes consiste en secuestrar a los conductores de los camiones, robar la mercancía o inclusive el trailer completo. La mayoría de las veces una decena de delincuentes armados obligan al chofer a detener su unidad, lo secuestran temporalmente para luego dejarlo en libertad en un paraje solitario.
En caminos rurales apartados, los delincuentes engañan a los conductores con retenes de policías falsos o vehículos militares camuflados. En el noreste de México los “narcobloqueos” son comunes por parte de los cárteles que se dedican también al robo de mercancías, secuestros o cobro de cuotas de pasaje de los conductores.
Un grupo de delincuentes se encarga de robar la mercancía y llevarla a un lugar seguro (bodegas preparadas con el equipo necesario, como para mantener congelado los productos). En la mayoría de los casos el tractocamión es encontrado en un lugar y la caja sin mercancía en otro lugar distante.
El valor de la carga robada crece (desde 2004) en un 30% por año, en 2012 incluso ha rebasado la marca de 38%
Las pérdidas para empresas transportistas sumaron en los primeros 9 meses de 2013 por robo de mercancía y de camiones unos 486 incidentes con un valor de 243 millones de pesos de pérdidas. Las mismas tendencias siguen en términos generales desde principios del año en curso.
La solución a este problema no corre a cargo solamente del Gobierno Federal; con el pretexto de que la seguridad en las carreteras corresponde a la Federación, las autoridades estatales y municipales –muchas de ellas en complicidad con el el crimen organizado– descuidan la labor de vigilancia.
Es importante exigir a las policías locales que cumplan con sus obligaciones de proveer y garantizar la infraestructura de seguridad adecuada en las carreteras, porque mientras éstas estén en su territorio, son también su jurisdicción. Gracias y buen fin de semana.
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