Nada bueno para el PRD puede dejar que la pareja más buscada por la Policía Federal y culpable de la agresión a normalistas en Iguala se escondiera en uno de sus bastiones tradicionales en el Distrito Federal: Iztapalapa.
Un operativo rápido, limpio, que siguió una denuncia anónima, fue lo que permitió encontrar a José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda Villa, prominentes perredistas, en una humilde vivienda de esa delegación de la Ciudad de México.
Atrás quedaron los lujos, las propiedades y el poder. Esta pareja se escondía en un inmueble de dos cuartos sin servicios, en un barrio peligroso de la capital. Creyeron que ahí estarían seguros.
Este matrimonio tiene muchas cuentas que entregar. Su declaración es clave para el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos y seis personas más muertas. Con su detención, el círculo judicial se va cerrando… pero ¿y el círculo político?
Desde que los jefes delegacionales son autoridades electas en el DF, en 1997, la delegación ha sido un espacio gobernado por la izquierda; es una de las demarcaciones que más electores aportan al PRD y por la misma razón la región es indispensable para la estrategia electoral nacional del partido. Tal vez no sea casualidad que la pareja imperial se sintiera segura en este territorio.
El delegado actual de la demarcación es Jesús Valencia, que ingresó recientemente a la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN) que encabeza Héctor Bautista, actual secretario general del PRD.
La tragedia de Iguala y sus consecuencias continúan siendo un duro golpe para el sol azteca. La crisis de Guerrero arrastra sin piedad al partido y poco a poco merma su autoridad y capital político para el 2015. Sin duda, este episodio es la cereza del pastel para un instituto político dividido por sus corrientes y debilitado por los ataques de sus desertores.
El tener compromisos con ex priístas y personajes ajenos al partido sin tomar en cuenta ningún referente ético y pragmático, como Abarca, su esposa y hasta el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, les ha acumulado aspectos negativos.
Al PRD se le ha olvidado cuidar la congruencia y la ética, y en su afán por el poder, han entregado la institución a personajes que ni de broma representan sus ideales originales de izquierda.
Esos mismos personajes ahora han puesto la soga al cuello a un partido agobiado por grupos clientelares que insisten en competir por el poder mismo sin tomar en cuenta nada más. La premisa perredista de tratar de “gobernar” a más mexicanos, sin verificar a quienes postulan, ha ocasionado uno de los hechos más trágicos contra estudiantes de los que se tiene memoria.
Lo que hizo el PRD en Guerrero fue apoyar políticamente no solo a un delincuente que llegó a encabezar un municipio, sino que arropó a un gobernador, si no culpable, sí omiso ante la penetración de la delincuencia en su estado. Los hechos de Iguala agudizan la crisis de este partido, ni más ni menos.
Es más, crece la versión al interior del PRD que algunas de sus corrientes se organizan para pedir la renuncia de su dirigente, Carlos Navarrete, cuya salida la ven como el principio de una urgente y severa reflexión. Se avecinan días difíciles.
PARA EL REGISTRO Tamaulipas está que arde. La víspera Ricardo César Niño Villarreal, mando regional de la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas en Nuevo Laredo, fue emboscado y asesinado, junto con su pareja sentimental. Niño Villareal era uno de los cuatro mandos regionales nombrados por el gobierno federal desde que comenzó la estrategia anticrimen en la entidad. Tamaulipas pronto será noticia, y para mal *** Pendientes del caso Tlatlaya, un juez debe dictaminar esta semana si juzga o no a los soldados involucrados en el fusilamiento de presuntos criminales en esa localidad. Gracias. Hasta mañana.