La amenaza de un presidente a otro es la peor ofensa que un país puede hacer a sus similares en cualquier parte del mundo.
La víspera, periodistas y el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se enfrascaron en un preocupante juego de palabras al darse a conocer una posible amenaza del Presidente de los Estados Unidos, el bravucón Donald Trump, al Presidente mexicano.
La destacada periodista mexicana en Washington, Dolia Estévez, tuvo acceso a detalles de la plática telefónica que sostuvieron ambos mandatarios hace unos días, y aseguró que en algún momento el ocupante de la Casa Blanca amenazó con enviar tropas a nuestro país si el ejército mexicano no combatía eficazmente el narcotráfico.
Es más, detalló que ante estas palabras, el titular del Ejecutivo mexicano se mostró balbuceante y sin respuesta clara y precisa ante semejante agresión.
Por supuesto, el gobierno de México a través de diversos canales desmintió tal versión y todo parecía quedarse ahí. Horas después, la prestigiosa agencia de noticias Associated Press avaló parte de lo dado a conocer por Estévez en el sentido de las tropas que quiere enviar el tirano, aunque matizó que no se trató de una amenaza, sino de una sugerencia.
¿A quién creerle? si me lo preguntan a mí, y después de los días turbulentos de Trump en el poder que han causado un tambaleo global, me decanto por la versión de Dolia, a pesar de que su publicación se base solo en fuentes anónimas y carezca de insumo periodístico concreto. Estévez, y me consta, es una periodista pulcra y muy dada a confirmar una y otra vez este tipo de versiones.
En la década que trabajé para The New York Times se acostumbraba “monitorear” a periodistas mexicanos, tanto de aquí como de allá, que se caracterizaban por su veracidad y honestidad a la hora de reportear, y Estévez era una de ellas.
Analicemos un poco, si el rencoroso presidente estadunidense es capaz de colgar el teléfono al primer ministro de Australia quien le pidió cumplir un acuerdo para recibir refugiados, si admite en público que está siendo «duro» en sus conversaciones telefónicas con otros líderes internacionales y advierte al mundo con arreglar sus problemas —porque para él todos estamos mal—, creo que es capaz de hacer eso con el mandatario de México, país al que siempre ha sobajado y considerado menor.
No dudo ni tantito que Donald Trump le haya levantado la voz a Enrique Peña Nieto, y algunos creerán que eso es amenazar, pero como aquí no se trata de creencias, sino de hechos, ese rumor que alienta esas creencias va a proliferar mientras las discusiones entre mandatarios no sean públicas. Si Presidencia desmintió, está obligada a dar a conocer esa plática, ¿o qué teme?
PARA EL REGISTRO Aguas turbulentas en el PRI nacional. Hace unos días trascendió que José Eduardo Calzada Rovirosa, ex senador y gobernador por Querétaro y actual Secretario de Agricultura del Gobierno Federal, relevaría a Enrique Ochoa Reza en calidad de presidente de Partido Revolucionario Institucional. Una fuente al interior asegura a Apuntes y Relatos que no hay cambio alguno y que ese trascendido es una nota de aquellos que nunca aceptaron ni aceptarán la designación de Ochoa y que solo buscan desestabilizar. Fuego amigo pues. Gracias y buen fin de semana a todos.
@betata75