En las comunicaciones que envían al país algunos consulados de México en los Estados Unidos se asegura que el tema Trump pasó hace tiempo de recurrente a preocupante.
Estos comunicados internos desmenuzan serias implicaciones del amplio apoyo que tiene el magnate para su retórica populista, independientemente de que gane o no la nominación del Partido Republicano en julio próximo.
Como sabemos, la parte medular del discurso de este arlequín estadunidense se ha volcado hacia México con una saña nunca antes vista en la historia pública del vecino país.
Su caracterización de los inmigrantes mexicanos como criminales, narcotraficantes y violadores que «aportan una enorme cantidad de enfermedades infecciosas», y su promesa de hacer que paguemos por un nuevo muro en la frontera, le han acarreado críticas en toda América Latina.
El presidente Enrique Peña Nieto inicialmente se mantuvo al margen cuando Trump trajo el tema de la inmigración a la mesa de una manera muy cínica, pero tuvo que responder y lo comparó con Hitler y Mussolini.
El ex presidente Felipe Calderón lo llamó un «racista» y lamentó que esté «sembrando el odio anti-estadounidense en todo el mundo”. Pero fue su predecesor, el también panista Vicente Fox, quien ha protagonizado el más encendido debate contra el aspirante.
El papa Francisco, nacido en Argentina, aseguró que un hombre que sólo piensa en las paredes no es cristiano. El ex presidente de Colombia, y secretario General de la OEA, César Gaviria, dijo que tiene el estilo típico de un caudillo latinoamericano de asustar a la gente y poniéndose a sí mismo como la solución a todos sus problemas.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa afirmó que la retórica de Trump es torpe y vulgar, y en Venezuela, el presidente Maduro le denomina «ladrón lleno de odio”.
Lo cierto es que el discurso racista de Trump ha calado hondo en su propia casa. Analistas en los Estados Unidos aseguran que hay líderes republicanos consternados que quieren reescribir las reglas para su convención del partido este verano y revocar sus victorias primarias, lo que le complicaría su actuación en las elecciones generales.
Trump ha removido los dormidos sentimientos racistas de estadunidenses que creen que su nación debe erigirse como el protector mundial y que los demás habitantes, sobre todo aquellos de países en vías de desarrollo, deben ser tratados como personas de segunda o tercera clase. ¿Podrán sus correligionarios detenerlo?
PARA EL REGISTRO El alma mater, es el alma mater. Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, mí universidad, comienzan a cerrar filas para recuperar el auditorio Justo Sierra conocido como Che Guevara, de la Facultad de Filosofía y Letras, ocupado desde hace 16 años por diversos grupos de autodenominados «activistas». Apoyo este movimiento de alumnos organizados y espero que ese importante foro quede libre de fósiles, porros y delincuentes, un cáncer que prevalece en nuestra máxima casa de estudios. Gracias.
@betata75