La apuesta de Gerardo Gaudiano por la gubernatura no era en este 2018, sino para el 2024, algo sucedió, le calentaron la cabeza, como todo joven se fue con el canto de las sirenas, su inmadurez influyo mucho, y por eso ahorita anda con el estigma de perdedor que difícilmente lo podrá revertir, además que la derrota sufrida en las urnas fue por casi 500 mil votos, una suma enorme para no dejar lugar a dudas de que, éste no era su mejor momento.
Cuando había ganado la elección de alcalde en 2015, eufórico Gerardo Gaudiano me comentaba a 10 mil pies de altura, coincidimos en un vuelo de Villahermosa a la Cd de México, estar decidido a hacer un buen gobierno, de hecho en esa ocasión la Sala Regional del TEPJF tenía pocos días de haberle devuelto el triunfo que el TET le había anulado.
Sereno, confiado de que en la Sala Superior no iba a suceder nada, cosa que finalmente ocurrió con la anulación definitiva de la elección, Gerardo comenta las muchas cosas que tenía ganas de emprender como alcalde. Siempre motivado por ser joven, decía que su interés era llegar a hacer las cosas bien, dejando en claro una frase que la remarcó varias veces, “no me voy a calentar la cabeza para el 2018”, y explicaba sus razones.
Desde el punto de vista de Gaudiano, en aquella ocasión, septiembre del 2015, veía como fuertes competidores, además de Adán en Morena y Gina en el PRI, consideraba que José Antonio de la Vega iba a empujar fuerte para tratar de llegar a la contienda. Por eso me decía, “la mía será en el 2024, ahí seguramente me voy a encontrar con Pico”, refiriéndose al dirigente del PVEM, quien por cierto es su amigo, estudiaron juntos.
Incluso nos confío cuál era su proyecto político. De alcalde haría un buen trabajo, buscaría la reelección en el 2018 para consolidar el desarrollo de la capital del estado, en 5 años y medio, trabajando con transparencia, y en el 2021 buscaría una diputación local, y con ese cargo, tener presencia en todo el estado, y que de manera natural se le diera la candidatura en el 2024.
Sin lugar a dudas, el poder lo llegó a marear, perdió el piso y después de una nueva campaña por la alcaldía, se dedicó desde el primer día que asumió el cargo en andar promoviéndose día, tarde y noche por su aspiración al hándicap del 2018, pese a que decía, no iba a forzar nada, que estaría esperando de qué manera se podrían ir dando los acontecimientos.
Hoy en día anda en una gira de agradecimiento, no entendemos a quienes les agradece, si fue barrido y borrado en las urnas. Su interés es quererse adueñar de la dirigencia del PRD, pero en la recomposición que se vaya a hacer de ese partido, deben participar los ganadores, no los perdedores, y menos gentes como Gerardo que perdió el piso, y no sabe en donde está parado.
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