Martes negro. Martes trágico para Tabasco, no solo para los medios de comunicación, sino la sociedad entera. El asesinato a Juan Carlos Huerta, nos deja sin habla, nos provoca sentimientos de ira, coraje, de dolor, de impotencia, porque se ha convertido en una práctica común los hechos delictivos y no poder hacer nada.
Perder la vida en Tabasco a cualquier le puede suceder, no solamente por ser periodista, debido al creciente nivel de inseguridad que existe. Quienes tienen custodia personal las 24 horas del día no pueden decir que lo lamentan, desconocen lo que es andar sin protección, a merced de cualquier persona.
Las autoridades están obligadas a investigar y dar resultados inmediatos, sin buscar chivos expiatorios o querer tergiversar las investigaciones, porque dentro de las hipótesis que se vayan a establecer, seguramente no van a descartar que pudo tratarse hasta de un crimen pasional.
Juan Carlos Huerta era una figura pública, líder de opinión por estar en el noticiero estelar de Canal 9 y muchos años con el noticiero radiofónico más escuchado al mediodía, como todos los que emprenden, tenía derecho a progresar, así es como logró establecer una estación de radio que tiene pocos meses al aire, iniciando con el pie derecho, con mucho éxito.
Quizás hubo a quienes no le gustaba el estilo personal de ser, nadie es monedita de oro, sin embargo Juan Carlos Huerta tenía una característica, le daba voz a todos y a todo, algo que muchos no se atreven a hacer todavía. Su muerte causa enojo, mucho coraje, se desconoce si tenía alguna amenaza, de ser así, era muy reservado para darlo a conocer.
Ayer martes cuando iba de su domicilio lo interceptaron y como dijeran hace 24 años, las balas del odio, lo quitaron del camino. Este hecho ya dio la vuelta al mundo, es inadmisible que Tabasco siga siendo noticia de situaciones trágicas, sangrientas. De manera unánime hay una condena por el recrudecimiento de la violencia, y aunque no es momento de considerarlo, la sociedad lo va a reflejar con su voto el primero de julio, no quieren continuidad, porque no es posible seguir viviendo así con miedo.
El texto de hoy se refería a que en esta fecha, hace 29 años inicie en el camino del periodismo. Trayectoria que he ido forjando a base de esfuerzo, esmero, dedicación, para dejarle a mis hijos un buen nombre. Lo ocurrido a Juan Carlos Huerta me deja abatido, en estos momentos de confusión, de dolor, no podemos saber si fue callado por ejercer la libertad de expresión, o porque la inseguridad ha crecido tanto, que ya no sabemos quien sigue. Lo que si queremos, es que justicia, para Huerta y todos quienes han sido víctima de la terrible delincuencia que afecta a los desprotegidos, que somos la mayoría.
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