ANTONIO BETANCURT
Agobiados por las noticias legislativas y el mal clima en el país, se relegó al olvido el hallazgo del cuerpo del ciudadano estadounidense Harry Devert, el trotamundos desaparecido en la zona de Michoacán y Guerrero.
Harry era un ciudadano francés de 32 años con residencia en Estados Unidos, trabajaba como corredor bursátil en la Gran Manzana, y fue amante de las aventuras y los viajes, los cuales reseñaba en su blog “A New Yorker Travels”.
Él quería llegar al Mundial de Brasil a bordo de su motocicleta atravesando el continente entero, y a pesar de saber de la acuciante violencia en nuestro país, se adentró en tierras del suroeste mexicano para nunca más volver.
El 25 de enero fue el último día que se supo de Devert, quien cruzó la frontera de Estados Unidos hacia México por Matamoros, según informes del cónsul de Francia en México, Gérald Martin.
El último lugar en el que estuvo fue en la ciudad de Zitácuaro, en Michoacán en momentos en que las autodefensas, los narcos y la policía se enfrentaban todos contra todos, y los civiles estaban en medio de esta barbarie.
Joel Moreno Rojas, amigo de Devert, fue quien denunció la desaparición del extranjero el pasado 5 de febrero; Moreno Rojas informó que Devert estuvo en su casa, ubicada en Zitácuaro, del 22 al 25 de enero. El estadounidense le informó a su amigo que su siguiente destino sería Zihuatanejo, Guerrero.
Montado en sus dos ruedas, con un largo diario de motocicleta que escribía con cada tramo de los miles de kilómetros que le faltaban para llegar a Copacabana, Harry enfiló su máquina hacia los caminos rurales.
La madre del motociclista, Ann Devert, reveló que ese día su hijo le contó a través de un mensaje que una escolta militar lo acompañaba debido a que circulaba por un área considerada peligrosa por el Departamento de Estado de Estados Unidos. “Voy retrasado a causa de todo este asunto militar”, escribió. Devert quedó de llamarle a su madre esa noche pero jamás lo hizo.
También le escribió a su novia Sarah a quien le dio más detalles. A ella le dijo que acababa de ser escoltado durante una hora y media «por alguna área que era demasiado peligrosa» para él.
«Aparentemente hay otra escolta militar que me espera en otra ciudad… estoy retrasándome por todas estas cosas locas de los militares… espero tener la oportunidad de hablar con ustedes esta noche cuando (con suerte), finalmente llegue», decía el mensaje.
El pasado jueves 10 de julio la Procuraduría de Guerrero informó que gracias a una llamada anónima, se halló un cuerpo humano desmembrado en avanzado estado de descomposición en la zona costera limítrofe entre los estados de Guerrero y Michoacán.
El cuerpo, del sexo masculino, fue localizado en las inmediaciones de un camino de terracería que conduce hacia la localidad llamada Playa La Majahua, municipio de la Unión Isidoro Montes de Oca, Guerrero.
Además de los restos, también fueron hallados “diez envoltorios” de lo que al parecer son narcóticos (marihuana y cocaína) y una motocicleta del mismo modelo que la de Devert.
Y aunque en México han sido prudentes con la identificación del cadáver, medios de comunicación de los Estados Unidos dan por hecho que el cuerpo encontrado es el de Harry, ya que la motocicleta deteriorada de marca Kawasaki coincide con las características que habían dado los familiares de Devert.
Es más, los familiares —quienes han dado entrevistas allá— hablan de una calcomanía que la moto tenía en el tanque y la encontrada en Guerrero coincide con esta seña, por lo que afirman que es su familiar.
La desaparición y muerte de este extranjero es una muestra de cómo esta tierra convulsa destruye los sueños de muchos, y el gobierno prefiere ocuparse de asuntos legislativos que de solucionar la violencia.
Pero más preocupante es saber que a Harry lo monitoreaban personal consular tanto de Francia como de Estados Unidos, también las policías de Michoacán y Guerrero, y hasta lo escoltaban elementos del ejército, y aún así fue ejecutado. Lamentable. Gracias y buen fin de semana.