Dirigentes de Latinoamérica, España y Portugal abrieron el lunes la Cumbre Iberoamericana en un México sacudido por la desaparición de 43 estudiantes de magisterio que ha mostrado la corrupción de algunas autoridades y ha colocado al país en una de las mayores crisis en los últimos años.
«Hay que renovarse», dijo la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan, al inaugurar la 24ta versión de una reunión que en los últimos años ha perdido el interés inicial entre algunos líderes.
Aseguró que la Cumbre Iberoamericana no busca «sustituir» la integración latinoamericana, sino complementarla.
Mandatarios y representantes de los 22 países de la comunidad iberoamericana comenzaron a llegar desde el sábado al puerto de Veracruz, a 400 kilómetros al este de la ciudad de México, aunque el gobierno no había informado aún de la lista total de líderes y/o cancilleres asistentes.
Junto con el anfitrión, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, otros de los mandatarios que llegaron son el de Costa Rica, Luis Guillermo Solís; la de Chile, Michel Bachelet; el de El Salvador, Salvador Sánchez; el de Uruguay, José Mujica, y el de España, Mariano Rajoy.
También llegó a Veracruz el Rey de España, Felipe VI, además del mandatario peruano Ollanta Humala y el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho.
Entre los mandatarios que no llegaron están la brasileña Dilma Roussef y la argentina Cristina Fernández, además del cubano Raúl Castro.
Los temas pactados para la cumbre son educación, cultura e innovación, pero aún antes de comenzar aquí ha sido un tema recurrente la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa hace más de dos meses en Iguala, en el estado sureño de Guerrero, y la confirmación el fin de semana de la muerte de uno de ellos.
Horas antes de la inauguración, cerca de 25 manifestantes lograron cruzar el cerco de seguridad colocado en las inmediaciones del World Trade Center de Boca del Río, donde se celebra la Cumbre, para mostrar su repudio a la desaparición de los jóvenes.
Algunos portaban pancartas y otros playeras con el número 42 en alusión a los estudiantes cuyo paradero aún se desconoce. Todos ellos fueron replegados por granaderos y expulsados del lugar.
La cumbre durará dos días.