El próximo primero de septiembre inicia el periodo ordinario de sesiones del tercer año de la LXIV Legislatura en el Senado de la República, en ese contexto, el presidente de la Junta de Coordinación Política de ese órgano parlamentario adelantó que se buscará previamente acuerdos para que se modifiquen distintos ordenamientos, a efecto de que la Cámaras puedan sesionar de manera virtual, como una medida frente a la pandemia por COVID-19.
Esto es, las sesiones ordinarias de las Cámaras, alta y baja, deben realizarse en el recinto legislativo destinado para tal efecto, salvo determinación expresa, con la presencia de los legisladores en éstos y el quorum suficiente; las sedes legislativas tienen su asiento en la Ciudad de México, por lo que ésta entidad tiene un status constitucional excepcional. De tal suerte que la presencia física de los legisladores es necesaria para dar legitimidad y validez a los actos o resoluciones de las Cámaras.
Es ya conocido que la tasa de contagio del coronavirus es alta, por lo que la concentración de personas en lugares cerrados, como es el caso de los recintos legislativos, representa un riesgo sobre todo si ésta concentración se alarga por varias horas. El caso de la instalación de una sesión parlamentaria supone la asistencia de legisladores, personal administrativo, técnico, de seguridad e intendencia, por mencionar algunos; esta concentración de personas puede originar un brote que puede extenderse a las familias de los asistentes.
Sin embargo, el Poder Legislativo de nuestro país debe seguir con agenda parlamentaria programada, sin duda, debe también sesionar para tomar determinaciones extraordinarias para hacer frente a la pandemia y sus desafíos.
En un video, Ricardo Monreal anunció que se buscarán alternativas jurídicas y parlamentarias para que las Cámaras puedan valerse de la tecnología y sesionar a distancia; la propuesta del presidente de la JOCOPO es que se reforme la Constitución, la Ley Orgánica del Congreso de la Unión y el Reglamento del Senado para que se pueda sesionar de esta manera en esta coyuntura.
Reformar la Constitución Política federal requeriría de mucho tiempo y procesos parlamentarios, que se antoja difícil de lograr en menos de cuatro semanas, sobre todo la espera de la aprobación necesaria de los congresos locales. Pero es probable que una reforma al Reglamento de Senado baste para que las sesiones virtuales tengan validez.
Cierto es que ya se han realizado sesiones extraordinarias en ambas Cámaras, así como reuniones de comisiones y comités, pero éstas a diferencia de los periodos ordinarios y sesiones en pleno, no se realizan con presencia amplia ni con periodos tan prolongados. Ojalá se logren los consensos y las reformas necesarias para que se puedan iniciar este periodo de sesiones, como ocurre ya en otras latitudes del mundo desde hace meses.