El 41.1% de los ADULTOS MAYORES se encuentran en situación de POBREZA (extrema) en MÉXICO

La población de 65 años o más con un ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos aumentó entre 2008 y 2018 al pasar de 18.6% a 19.1%

Imagen: Internet

En nuestro país, es común que los ancianos sufran de marginación y abandono, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en el año 2017, cuatro de cada diez personas mayores, el equivalente al 41.1% de la población, se encontraban en situación de pobreza, y menor parte en pobreza extrema.

  • En total, 34.6 % vive en pobreza moderada y 6.6% en pobreza extrema. Ante un sistema de pensiones en México que es incapaz de garantizar una vejez digna, cada vez más adultos mayores se ven forzados a seguir laborando a edades avanzadas.
  • Expuestos a empleos precarios, sin salarios o muy bajos, condiciones inseguras y sin prestaciones de ley. Por ejemplo, una situación ya normalizada, antes de la pandemia, es ver personas de la tercera edad como empacadores (cerillitos) en los supermercados.

En México, más de 32 mil personas mayores de 60 años laboran como empacadores en tiendas departamentales, donde se ven obligados a realizar varias actividades que exceden el de empaquetar productos, pues tienen que acomodar carritos, limpiar cuando productos se caen, rompen o derraman en el piso, “apoyar” como cargadores cuando así lo requieren.

Pero en general están a disposición de un patrón que no les paga, pues el cien por ciento de su ingreso son las propinas y además sin que exista un contrato de por medio, dejándolos así sin derechos, en la indefensión y sin acceso a prestaciones laborales ni condiciones humanitarias, en la mayoría de los casos.

  • Para los supermercados esto es una gran oportunidad para contar con trabajo gratuito que los obliga legalmente a muy poco, para los cerillitos de la tercera edad es la única forma de conseguir un ingreso que les garantice lo suficiente para poder sobrevivir, aunque esto implique riesgos, discriminación y precariedad.

Además de trabajos precarios, las personas mayores se enfrentan a condiciones de abandono que agravan las condiciones de riesgo.

  • Es común que sean despojados de sus bienes, abandonados por sus propias familias o condenados a situaciones inhumanas en las miles de casas de retiro que no cumplen con las condiciones mínimas de salubridad, personal capacitado o infraestructura decente para funcionar.
  • El 7 de junio del 2013, María Rosa Andrade Rojas de 68 años perdió la vida al ser arrollada por un autobús que invadió la banqueta frente a un Chedrahui en Puebla donde se desempeñaba como empacadora, pudo ser reconocida por la credencial del INAPAM que portaba con ella, con su muerte, dejó en el desamparo a su nieta.

Después de trabajar toda una vida, personas como María Rosa y Juana nunca pudieron acceder a un retiro digno con pensiones suficientes para afrontar la tercera edad.

  • Tristemente las condiciones que ellas enfrentan son comunes en el país como en nuestra ciudad. Hoy el gobierno federal y local tienen todo para hacer que esta situación empiece a cambiar, el programa de pensiones para adultos mayores y la reforma laboral son buenos primeros pasos, pero falta mucho por hacer.

Carencias sociales

El rezago educativo entre la población adulta mayor registró una disminución al pasar del 68.5% en 2008 a 54.5% en 2018. En el mismo periodo de referencia, la carencia por calidad y espacios de la vivienda pasó de 13.8% a 6.6%; la carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda de 23.1% a 19.4% y la carencia por acceso a la alimentación de 19.3% a 18.2% en 10 años.

  • El porcentaje de la población adulta mayor con carencia por acceso a los servicios de salud pasó de 31.9% a 9.7% entre 2008 y 2018, mientras que en la carencia de acceso a la seguridad social en este grupo de la población pasó de 34.1% a 17.7% en este mismo periodo.

Ingreso

La población de 65 años o más con un ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos aumentó entre 2008 y 2018 al pasar de 18.6% a 19.1%, mientras que la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, en este grupo de población, pasó de 49.2% a 49.4% en el mismo periodo de 10 años.

  • De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, la condición física y los problemas de salud son factores de vulnerabilidad en esa etapa de la vida. El desgaste físico propio de las personas adultas mayores propicia que requieran atención médica tanto de manera más recurrente como de carácter especializado.

En tanto, el análisis de los riesgos asociados a esta edad arroja la necesidad de establecer un sistema de protección social que cubra un paquete de beneficios iguales entre instituciones y utilización de los servicios de salud, pensiones de vejez y pisos mínimos que disminuyan los constantes riesgos que enfrenta este grupo de población./Agencias-PUNTOporPUNTO

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