La destrucción de empleos formales por la pandemia de Covid-19 se concentró en la fuerza laboral de menores ingresos, según registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); 90.16 por ciento de trabajadores dados de baja de enero a mayo pasados no percibían más de dos salarios mínimos por mes, es decir, 6 mil 160 pesos.
Cifras desglosadas del IMSS para la primera mitad del año exhiben que no sólo los empleados con prestaciones sociales más bajas resienten el colapso del empleo, sino también los más jóvenes. Los primeros son de 20 a 24 años, y le siguen los de 25 a 29. Después, los de 15 a 19. En ese orden. En suma, esos trabajadores representan 55.65 por ciento de plazas perdidas.
- La precarización de trabajos y salarios es una tendencia en los últimos 30 años. Sin embargo, esta crisis destaca por ser la primera vez que el mercado informal tampoco se encuentra en condiciones de absorber el desempleo, con lo que toda una generación resentirá sus efectos, explicaron especialistas.
Si bien el país acumuló déficits en creación de empleo para captar a nuevos trabajadores, en esta ocasión la economía informal no está siendo capaz de absorber a esos desempleados formales, porque el mercado informal, a diferencia de otras crisis, se está contrayendo mucho a falta de demanda, aseveró Miguel Calderón Chelius, director del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana de Puebla.
- De hecho, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía evidencian que con la salida de 12.5 millones de personas del mercado laboral de marzo a abril la tasa de informalidad pasó de 56.8 por ciento a 47.72, y con datos de mayo avanzó a 51.8.
- Si bien los pasados 30 años han estado relacionados con una pérdida irreversible de empleos formales e informales, la economía mexicana no empezó a desacelerar en febrero o marzo anteriores. Prácticamente se encuentra en ese proceso desde hace dos años, de marzo de 2018 hasta hoy, detalló Carlos Lascuráin, director de Signos Vitales.
La realidad previa, una crisis mundial que se advierte como la más severa en 90 años según el Fondo Monetario Internacional, y la falta de apoyos directos a trabajadores y empresas –cuya insolvencia contagia al sistema financiero– implicarán una recuperación muy lenta en el país, de cuatro hasta 10 años. Esto es fácil de comentar, pero en la práctica las consecuencias son extremadamente severas, porque podrían afectar a toda una generación, agregó Lascuráin.
Las cifras del IMSS revelan que la pérdida de empleos se concentra entre las personas con registros de menores ingresos; 16 mil 977 entre quienes ganan hasta un salario mínimo, y 876 mil 47 entre los que reciben de uno a dos.
Mientras, ha crecido en 20 mil 327 el registro de la fuerza de trabajo que percibe hasta 18 miningresos. Entre la población de 15 a 29 años se dio de baja a 551 mil 202 trabajadores.
Calderón Chelius explicó que, a la larga, este ingreso tardío al trabajo se resentirá en recursos para el retiro, porque en 30 años la tercera parte de la población en México será adulta mayor. Pero lo más preocupante para el investigador del Observatorio de Salarios son los efectos que la retórica pro empleos del capital tenga en el ingreso de la fuerza de trabajo.
Por vez primera en 40 años se había empezado una tendencia de recuperación de los salarios. Se corre el riesgo de que ésta se pueda parar bajo el argumento de que lo importante es mantener el empleo y no recuperar los salarios. Vamos a prolongar esta precarización del trabajo y gran parte de esa población joven está condenada a ser población adulta pobre, añadió.
Cuatro sectores económicos concentraron el 82% del desempleo
Durante el segundo trimestre del año, los sectores turismo, manufactura, construcción y comercio concentraron 82.1% de los empleos formales perdidos en el país, destacando Ciudad de México, Quintana Roo, Guanajuato, Coahuila y Nuevo León como las entidades más golpeadas por el Covid-19.
Lo anterior significa que de cada 100 despidos, 82 corresponden a estas ramas económicas.
En los meses de abril, mayo y junio de este año –los primeros dos fueron de total confinamiento y el tercer de un proceso lento y de baja operatividad de la reactivación de las actividades económicas–, a nivel nacional se perdieron 983,084 trabajadores asegurados en el IMSS.
- El sector más golpeado por la pandemia fue servicios para empresas, personas y el hogar, que incluye restaurantes, preparación de alimentos, hoteles, servicios financieros y alquiler de inmuebles, con una merma de 326,548 plazas (33 de cada 100 empleos perdidos se presentaron aquí).
- Las industrias de la transformación, donde predomina la rama automotriz, mostraron la segunda mayor disminución, con 219,350 puestos laborales menos (22 de cada 100 bajas en el IMSS).
Le siguieron construcción con 131,350 pérdidas (13 de cada 100); comercio con 130,312 (13 de cada 100); agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza con 95,897 (10 de cada 100), y transportes y comunicaciones con 44,401 (5 de cada 100).
Por entidad, las mayores mermas en servicios para empresas, personas y el hogar durante el segundo trimestre se observaron en Ciudad de México (95,338) y Quintana Roo (39,317), territorios con una gran vocación turística y financiera.
- En industrias de transformación, los más perjudicados fueron los motores fabriles del país: Guanajuato (30,183), Coahuila (21,445), Nuevo León (20,561), Ciudad de México (19,257), Jalisco (17,822), Estado de México (17,777), Querétaro (13,303) y Puebla (12,119). No obstante, tres estados generaron empleos formales: Baja California (3,191), Sinaloa (962) y Nayarit (508).
En el caso de Baja California, el impulso provino principalmente de su relación económica con California y del programa federal de zona libre (todos sus municipios reciben beneficios como IVA a 8%, ISR a 20%, aumento al doble del salario mínimo y homologación de los precios del combustible con los de Estados Unidos).
Para la construcción, las mayores afectaciones por el Covid-19 se dieron en Nuevo León (reducción de 16,240 trabajadores asegurados en el IMSS), Ciudad de México (15,499), Jalisco (9,933) y Estado de México (9,818).
Mientras en comercio, por su tamaño, las grandes pérdidas laborales entre abril y junio se exhibieron en Ciudad de México (33,330), Nuevo León (11,420) y Jalisco (9,053). En este sector, únicamente Nayarit creó plazas formales (7).
Es importante destacar que el 12 de mayo pasado el Consejo de Salubridad General anunció que las industrias automotriz, minera y de la construcción ya podían retornar como actividades esenciales dentro de la economía mexicana.
- Junio da algunas señales positivas en el mercado de trabajo.
- Durante junio, mes en el que inició la reactivación de actividades no esenciales, sólo dos sectores generaron empleos formales: construcción (98,053 trabajadores asegurados en el IMSS) e industria eléctrica y captación y suministro de agua potable (196).
- Sin embargo, esta dinámica no contrarrestó la pérdida de 83,311 plazas laborales en el país, ya que hubo mermas en industrias extractivas (510); transportes y comunicaciones (4,383); servicios sociales y comunales (28,194); agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza (33,088); industrias de la transformación (34,111); comercio (34,335), y servicios para empresas, personas y el hogar (46,939).
Resalta que del anunció del 12 de mayo, en el que las industrias automotriz, minera y constructora ya podían retornar como actividades esenciales, únicamente la construcción presentó cifras positivas.
Por entidad, los mayores creadores de empleo en la construcción en el sexto mes del 2020 fueron Ciudad de México (24,276 nuevos trabajos), Quintana Roo (15,413) y Nuevo León (11,868).
Más de 386 mil jóvenes se suman a la fila del desempleo
La pandemia del Covid-19 debilitó la de por sí vulnerable salud de oportunidades laborales para jóvenes universitarios.
- Las cifras son poco alentadoras: entre marzo y mayo de este año, se perdieron 386 mil 365 empleos formales ocupados por personas de entre 15 y 24 años, de acuerdo con información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
- Para poner en perspectiva los datos, es como dejar sin posibilidad de una plaza a toda la comunidad estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) del ciclo escolar 2019-2020, que fue de 360 mil 883 alumnos —posgrado, licenciatura, bachillerato, así como propedéutico.
Otra forma de ver lo dramático del brote de coronavirus sobre los trabajos formales de los más jóvenes es el ritmo de su destrucción, ya que durante esos tres meses se perdió un empleo cada 21 segundos.
Jóvenes recién egresados de la universidad mencionaron que, a raíz del Covid-19 y el panorama que se vislumbra, están preocupados por la incertidumbre laboral, se sienten ansiosos e incluso llegan a enfrentar depresión.
Ivonne Vargas, asesora en planificación de vida y carrera, y autora del libro Contrátame, explicó que la complejidad que se enfrenta como joven para vincularse al sector laboral no viene del confinamiento, pero sí impondrá un desafío ante la pérdida de plazas.
- Detalló que 90% de las vacantes de una bolsa de trabajo piden tener experiencia, y más de 30% de los empleadores descartan a un candidato por no tenerla. Otro problema, señaló, es que quienes cuentan con ella no la saben vender, por lo que cierran sus posibilidades.
- El director del grupo de expertos especializados en recursos humanos Acuatro RH, Alexandre Rodel, indicó que otras complejidades que enfrentan son la poca oferta y mucha demanda, que los perles solicitados exigen mucho y la edad.
“Siempre ha sido difícil trabajar con los recién egresados, porque vienen de la universidad, donde les dicen que son los mejores, que ganarán mucho o tendrán grandes puestos. Sin embargo, cuando apenas empiezas, no percibes lo suficiente ni haces un proyecto superinteresante y trabajas bastante. Puede ser frustrante para un joven que le hayan prometido lo mejor”./Agencias-PUNTOporPUNTO