El coronavirus (COVID-19) es una enfermedad respiratoria altamente infecciosa causada por una nueva cepa de virus. El brote se ha propagado rápidamente a escala mundial. Las personas infectadas con este virus pueden no mostrar signos de la enfermedad, otras pueden desarrollar síntomas como fiebre, tos, falta de aliento y dolor de garganta.
- En algunas personas la infección es más grave y puede causar graves dificultades respiratorias y llevar a la hospitalización, el ingreso en cuidados intensivos o la muerte. Actualmente no se dispone de ninguna vacuna o tratamiento específico.
- Las personas que se han recuperado de la COVID-19 desarrollan en la sangre defensas naturales contra la enfermedad (anticuerpos). Los anticuerpos se encuentran en una parte de la sangre llamada plasma.
El plasma de la sangre donada de los pacientes recuperados, que contiene anticuerpos contra la COVID-19, puede utilizarse para producir dos preparados.
- En primer lugar, el plasma de convaleciente, que es el plasma que contiene estos anticuerpos. En segundo lugar, la inmunoglobulina hiperinmune, que está más concentrada y, por lo tanto, contiene más anticuerpos.
El plasma de convaleciente y la inmunoglobulina hiperinmune se han empleado con éxito para tratar otros virus respiratorios. Estos tratamientos (administrados por goteo o inyección) suelen tolerarse bien, pero pueden producirse efectos no deseados.
Cambian tratamiento por empleo
La donación voluntaria del plasma hiperinmune de quienes han logrado superar la CoVID19, ha sido una de las grandes esperanzas en los centros médicos, de ahí que han adoptado como alternativa para el tratamiento de la enfermedad.
No obstante, este escenario ha sido la apertura para que el tráfico de donaciones de sangre sea más latente, pese a que la mayoría de donaciones es voluntaria, por lo que, las autoridades sanitarias han reconocido que existen “multiples transgresiones” en cuanto a incentivos para quienes pretendan donar su plasma sanguíneo, esto representaría una de las consecuencias colaterales de la desigualdad subyacente dentro del sistema de Salud.
- Según medios locales, en Bolivia, una bolsa de 400 mililitros de plasma sanguíneo de una persona recuperada de la CoVID19, puede canjearse por un empleado, por el pago de deudas o por cantidades de dinero que van desde los 500 hasta los 3.000 dólares.
De igual modo, las autoridades han evidenciado en conferencias de prensa que, existen múltiples incentivos para que las personas puedan conferir su plasma, “muchas empresas y negocios ofrecen descuentos o regalos para clientes que hayan donado sangre. Al menos 2 universidades han anunciado que aceptarán alumnos sin tomar algún examen de ingreso, comprobando que hayan sido donantes”.
De acuerdo con varias investigaciones, personas de escasos recursos encontraron oportunidad en medio de la desesperación por sobrevivir a la enfermedad, puesto que se han creado las condiciones para un negocio ilegal que ha prosperado, con el fin de abastecerse del plasma sanguíneo, lo que podría ser sancionado hasta con 8 años de prisión.
Sin embargo, los reportes de las autoridades han denotado que las principales causas que distorsionan la donación voluntaria, se sintetizan en el “miedo convertido en pánico, a perder un familiar”, ya que la gente se ha inclinado por adquirir plasma sanguíneo ante el primer resultado positivo de CoVID19, sin conocimiento verídico del estado en el que pueda o no necesitar dicho tratamiento.
- Asimismo, “el que tiene dinero o una empresa, ofrece un pago o un empleo a cambio del plasma. Hay quienes ofrecen 500 dólares y quienes llegan a pagar hasta 3.000. El que tiene una empresa le ofrece un empleo al potencial donante, si lo ve desempleado”, según lo han manifestado medios locales.
Es así que, la polémica en el servicio médico continua, debido al colapso en las Unidades de Cuidados Intensivos, una realidad que ya la han vivido muchos países afectados por la pandemia. En las ciudades bolivianas más afectadas por el nuevo virus, como Santa Cruz, Trinidad y Cochabamba, se ha constatado que existen reportes sobre personas que fallecen luego de haber recorrido varias casas de Salud sin encontrar un respirados que les permita sobrellevar la enfermedad.
Niegan tratamiento a paciente de coronavirus
Oscar Alfredo Gómez está internado en el hospital SantoJanni tras dar positivo de coronavirus. Para complejizar más el cuadro es asmático crónico. Ahora compartió un video en redes donde dice que está «condenado a muerte» y apuntó contra los políticos ya que, tras solicitar plasma para su enfermedad, le negaron el pedido.
“Hola gente. Hoy me enteré que soy un condenado a muerte», comenzó diciendo Gómez, que lucha contra su insuficiencia respiratoria. Y enseguida agregó: “Pregunté a diferentes enfermeros y doctores sobre el plasma que salva vidas. Me dijeron que en este hospital no se usa. Me dijeron «No es para nosotros, es para otro tipo de gente». Guardan y usan el plasma para políticos y ricos».
- A su vez, comparó su caso con el de Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, que la semana pasada fue tratado con plasma: “Un político que es asmático también, ya en el primer día le pusieron plasma, le dieron los remedios que le tenían que dar y está mejor”.
- De esta manera, se dirigió a las personas que viven en los sectores más vulnerables. “Para todos los que están en villas, cuiden a su gente. No salgan. Yo no salía, hice todo bien. No sé cómo me contagié porque me cuidé demasiado”, manifestó el paciente tras dar positivo en coronavirus.
“Renuncié a mi trabajo para cuidar a mi mamá de 77 años. Me puse mi negocio con mis ahorros y no pude trabajar por esto de la pandemia”, contó Gómez desde su cama en el hospital.
El video fue publicado en Facebook por su hija Noelia. En pocas horas, las desgarradoras declaraciones del hombre se volvieron virales. Entre lágrimas y una tos seca, sostuvo: “Los que vivimos en villas y tenemos enfermedades graves estamos condenados a muerte”.
https://www.facebook.com/100001014192374/videos/3143339412376501/
¿Por qué no es posible el tratamiento en forma masiva para COVID-19?
El plasma es una parte de la sangre que queda cuando, al extraerla, decantan los glóbulos rojos y blancos. La parte líquida, sin células, que suele ser de tono amarillo, es el plasma. Cuando una persona se infecta con un virus, patógeno o microorganismo que lo enferma la primera respuesta parte del sistema inmune. Este produce anticuerpos con las células de los glóbulos blancos.
Bien conocido por los argentinos debido a la epidemia de fiebre hemorrágica argentina que azotó al país hace 70 años, el tratamiento de plasma inmune de convaleciente, que logró reducir significativamente la letalidad gracias al destacado trabajo del doctor Julio Maiztegui, hoy se transformó en una de las mejores armas contra la enfermedad COVID-19 que origina el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, hasta tanto haya una vacuna eficaz para combatirlo.
Cuando una persona se infecta con un virus, patógeno o microorganismo que lo enferma, la primera respuesta parte del sistema inmune. Este produce anticuerpos con las células de los glóbulos blancos. Se trata de moléculas que van a defender al cuerpo de aquello que lo enferma. Esos anticuerpos específicos van a atacar directamente al virus.
- «Si bien tenemos anticuerpos para defendernos de otros padecimientos producto de las vacunas, necesitamos que nuestro sistema inmune prepare y tenga listos para usar anticuerpos para el COVID-19. Como aún no tenemos vacunas para él –y, por ende, no tenemos anticuerpos–, cuando el virus llega la persona se enferma».
- «Cuando un sujeto se cura, más allá de la medicación que haya recibido, desarrolló esos anticuerpos que lo ayudaron a curarse”, explicó a Infobae la doctora Laura Bover, graduada en química biológica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires y doctorada en el Instituto Leloir (en su tiempo Fundación Campomar).
Bover se desempeñó por más de 25 años en el Instituto Leloir, donde integró el grupo pionero en inmunoterapia, bajo la mentoría del premio Nobel César Milstein. En el año 2002, Bover emigró a Estados Unidos para trabajar en la Universidad de Texas, en el MD Anderson Cancer Center, el más relevante hospital de la disciplina en el mundo y desde allí trabaja con más de 70 profesionales interdisciplinarios del mundo en un grupo autodenominado CPC-19 (Convalescent Plasma COVID- 19) a fin de elaborar un sistema de código abierto colaborativo para elaborar un protocolo de emergencia para la utilización del plasma de pacientes convalecientes. Este grupo ha basado el inicio de su trabajo en los protocolos que hizo públicos el doctor Arturo Casadevall, investigador de Johns Hopkins University, en Baltimore, y que ya están siendo usados en nuestro país.
A través del uso de plasma convaleciente de pacientes diagnosticados y recuperados de SARS-COV (coronavirus) los profesionales médicos pueden encontrar una herramienta terapéutica para los enfermos que actualmente luchan contra la infección.
“Cuando se administra plasma convaleciente a una persona susceptible a COVID-19, estos anticuerpos circularán en la sangre, alcanzarán los tejidos y mitigarán la gravedad de la infección. Dependiendo de la cantidad y composición de anticuerpos, la protección conferida por la inmunoglobulina transferida puede durar de semanas a meses, logrando en muchos casos buena respuesta clínica así como disminuir la estadía de internación con buena tolerancia”, explicó a Infobae la doctora Miriam María Méndez (MN 114.480), Jefa del Servicio de Hemoterapia Hospital Alemán.
Actualmente, el único tipo de anticuerpos disponible para uso inmediato se encuentra en el plasma humano de pacientes convalecientes. A medida que más personas contraigan COVID-19 y se recuperen, el número de donantes potenciales continuará aumentando.
- “La experiencia de brotes anteriores con otros coronavirus, como el SARS-CoV-1 o el ébola en 2013, muestra que el plasma convaleciente contiene anticuerpos neutralizantes contra el virus. De manera que lo mismo sucedería en el caso del virus SARS-CoV-2: la terapia pasiva de anticuerpos sería una terapéutica posiblemente eficaz y con escasas o nulas reacciones adversas. Antes del advenimiento de la terapia antimicrobiana en la década de 1940, éste era el único medio de tratar muchas enfermedades infecciosas”, agregó la especialista.
Siguiendo las directivas del Ministerio de Salud de la Nación, cada centro de salud ha desarrollado su propio protocolo para el uso de plasma convaleciente en el paciente con infección moderada a grave por Covid-19, y contemplan desde la elección del donante (paciente recuperado), la obtención del plasma por aféresis hasta la transfusión y la evolución de quien lo recibe (hemovigilancia).
“En el caso particular del protocolo de uso de plasma convaleciente del Hospital Alemán, es importante destacar que para su confección se realizó una revisión exhaustiva, tanto de los casos clínicos tratados con pacientes con COVID-19, las publicaciones de instituciones prestigiosas como el John Hopkins Hospital y la Clínica Mayo, hasta los antecedentes de esta terapéutica que fue utilizada en otras situaciones con virus emergentes”, detalla Méndez.
Y agregó: “La utilización de plasma no es para todos igual. Eso lo define el equipo médico que atiende al paciente grave y según el protocolo que sigue la institución donde está internado”.
¿Cómo es el procedimiento de la donación de plasma?
El procedimiento se realiza con un equipo de plasmaféresis que solo extrae unos mililitros de plasma sin ningún otro componente, ni glóbulos rojos, ni glóbulos blancos, ni plaquetas. Estos componentes de la sangre se devuelven luego al paciente sin el plasma, el cual el organismo sustituye rápidamente.
Previamente, se lleva a cabo una entrevista al paciente, un examen clínico y pruebas de laboratorio para asegurar la salud del donante y la del receptor anónimo. El tiempo de proceso es de alrededor de 60 minutos.
- Es importante destacar que los médicos recuerdan que no todos los recuperados pueden donar, ni todos los pacientes pueden recibirlo. Pero no cualquiera puede ser donante: el porcentaje de donantes es alrededor del 20% de los pacientes enfermos. Y sólo siete de cada diez personas que tuvieron COVID-19 van a generar anticuerpos.
- Un enfermo puede generar hasta tres donaciones en un mes (la sangre pasa por el plasmaféresis y luego sin el plasma vuelve al paciente), pero tienen que pasar, por los menos 30 días de estar recuperado de COVID-19.
Consultada si es posible repetir el éxito de esta terapia que tuvo con otros virus como la fiebre hemorrágica argentina, el ébola o el virus H1N1, la doctora Bover afirmó: “No lo sabemos porque la respuesta es diferente en cada virus. En éste estamos aprendiendo, no sabemos cuántos anticuerpos tienen los pacientes que se recuperaron. Necesitamos saber la densidad y detectar de esos anticuerpos la presencia de los que van a impedir al virus entrar al pulmón (anticuerpos neutralizantes), por ejemplo, y qué cantidad de anticuerpos específicos. Estos atacan directamente al virus, en tanto los neutralizantes impiden que se genere un cuadro más grave”.
El infectólogo Fernando Polack, que dirige la Fundación Infant y junto con Bover está realizando un estudio para comprobar científicamente si el plasma de pacientes que han padecido coronavirus sirve para morigerar los efectos en los nuevos contagiados, explicó a Infobae que se trata de un tratamiento muy prometedor, y que existen diferentes mecanismos que justificarían buenos resultados en su uso ya que permite la neutralización del virus, controla la sobreactivación del sistema inmune al responder a la infección y sirve como inmunomodulador del estado hipercuagulable que se da en estos pacientes.
“Sin embargo, todo tipo de decisión médica con respecto a brindar o no tratamiento tiene que estar basado en publicaciones efectuadas en revistas científicas, a fin de verificar la veracidad y seguridad de los datos por parte de editores y otros investigadores que piden revisiones de las afirmaciones brindadas. Basándonos en estudios ya publicados, podemos saber hasta la fecha que es segura la administración de plasma convaleciente en pacientes que cursan la enfermedad COVID-19.
- El estudio más grande efectuado hasta ahora fue el de la Clínica Mayo que incluyó a 20.000 pacientes. Y menos del 1% evidenció complicaciones en las transfusiones. La conclusión de este estudio evidencia que el uso de plasma beneficia más a los pacientes graves durante los primeros días de cursada la infección”, advirtió el experto.
Y agregó: “Pero cuando vamos a los estudios publicados sobre la eficacia del tratamiento, hay varios pacientes que tuvieron resultados divergentes: algunos a favor y otros en contra de su utilidad. Cuando nos remitimos a ensayos clínicos aleatorizados, es decir, la metodología que se utiliza para verificar si un tratamiento es eficaz o no, comparando el plasma de convaleciente contra placebo, o contra otro tipo de tratamiento estándar, existe a la fecha un solo estudio publicado en la revista JAMA.
El estudio fue realizado en Wuhan, China, a 103 pacientes, donde algunos recibieron plasma y otros, placebo. «Los resultados no mostraron mejoría en los pacientes hasta 28 días después de tratados. Es por eso que todavía no podemos afirmar a la fecha que el plasma de convaleciente funciona. Por ahora solo existen resultados prometedores”.
Uso de plasma en México
Ante este panorama de tratamiento para el COVID-19, la terapia de plasma convaleciente se abre paso en varios países, incluido México, para tratar a pacientes con coronavirus.
Oscar Zamudio, jefe de Laboratorio del Banco Central de Sangre del Centro Médico Nacional La Raza, del IMSS, dijo: “El plasma es un componente que forma parte de la sangre, aproximadamente está constituido el 93 por ciento del plasma por agua y electrolitos, el otro siete por ciento está constituido por factores de coagulación proteínas y unas sustancias denominadas anticuerpos”.
Los anticuerpos forman parte del sistema inmunológico o de defensa por lo que todas las personas que han dado positivo a COVID los desarrollan para neutralizar el efecto viral del SARS-COV 2.
- Pedro Estrada, expaciente con COVID, señaló: “Somos la vacuna andante entonces ya gracias a Dios salimos de éste, ahorita ya vamos casi terminando y para ver si podemos ser donadores, ayudar a la demás gente”.
- El IMSS es la única institución pública que está aplicando esta terapia a pacientes COVID que se encuentran en terapia intensiva, pero a la fecha, sólo 133 personas que vencieron al COVID han donado su plasma.
El doctor Oscar Zamudio, jefe de laboratorio del Banco Central de Sangre del Centro Médico Nacional La Raza, comentó: “De acuerdo a la estadística que tenemos nacional se está requiriendo una gran cantidad de plasma, sin embargo, el stock que tenemos del mismo es mucho menor del que se está solicitando”.
Los requisitos para donar plasma son hombres y mujeres que no hayan estado en periodo gestacional o sido madres, de entre 18 a 65 años, que cuenten con dos pruebas PCR de detección de SARS COV 2, una positiva y otra negativa.
Reunidos los requisitos anteriores, se debe acudir a una clínica familiar IMSS para ser entrevistado por una trabajadora social o mandar un correo electrónico a [email protected]
- Luego, se le dará cita en alguno de los cuatro bancos de sangre del IMSS ubicados dos en la Ciudad de México, uno en Guadalajara y otro más en Monterrey.
- El proceso dura entre 35 y 60 minutos, dependiendo del organismo del donante.
El plasma obtenido se somete a otros estudios y en menos de 24 horas será transfundido a tres pacientes COVID del mismo tipo de sangre del donante y que se encuentren internados en el área de terapia intensiva.
El plasma se regenera rápido, por lo general entre 24 y 48 horas, y este proceso tiene pocos efectos adversos o ninguno…. pero sí una gran recompensa: ayudar a otros a vencer el COVID./Agencias-PUNTOporPUNTO