En el país, 150 mil personas padecen Infección Respiratoria Aguda (IRA) en México, tendencia que no corresponde a ningún patrón estacional y en el contexto de la pandemia de SARS-COV-2 “debe asumirse que representa la extensión de la infección en la población”, señala un análisis de grupos de académicos de la UNAM a través de la Coordinación de la Investigación Científica y del Programa Universitario de Investigación en Salud.
- De acuerdo con la Secretaría de Salud, dos de cada 10 casos de éstos corresponden a SARS-COV-2, por lo que la estimación de los 150 mil casos de IRA coincide con los 30 mil ocurrencias de contagio que estima la dependencia.
- El informe de la UNAM señala que el registro oficial de casos de IRA en el país indica un incremento durante la última semana de más de 150 mil casos en comparación del promedio de los años anteriores para esta época, que es de aproximadamente 490 mil en promedio en el periodo 2015-2019.
- De acuerdo con el documento publicado en la página web de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus, el incremento corresponde a la descripción de la curva epidémica de la vigilancia de la COVID-19, tal como han reconocido las autoridades de la Secretaría de Salud.
El análisis de UNAM y el notorio aumento de los casos registrados, añade, constituye “una evidencia indirecta del nivel auténtico de la extensión del SARS-COV-2 en México”.
Sin considerar estos números, agrega, el nuestro sería uno de los países del mundo con menor índice de contagio, a pesar de su cercanía con Estados Unidos, la nación en que el problema ha generado más estragos.
LO QUE VENDRÍA
Por otra parte, investigadores de la UAM estiman que el mayor índice de contagios por la COVID-19 se alcanzaría a mediados de mayo y marcaría el punto de inflexión de la curva.
- En el ensayo Modelando la difusión del COVID-19 en México, Roberto Gutiérrez Rodríguez y Marco Antonio Pérez, refieren que para dichas fechas, en el país se acumularían alrededor de 55 mil 836 enfermos y que la tasa de crecimiento evolucionaría con un promedio descendente. Por ello, para el día 200 —a mediados de agosto y 6.6 meses después de la primera transmisión, el pasado 28 de febrero— el número total ascendería a 151 mil 774 y, después de ese punto, si las condiciones de sanidad y el medioambiente internacional lo permiten, dejaría de haber infectados, iniciando la fase cuatro.
- El análisis estadístico se llevó a cabo a partir de los registros de los nosocomios públicos y privados del país sobre personas que han adquirido la COVID-19, consolidados por la Secretaría de Salud entre el 28 de febrero y el 8 de abril.
“La principal preocupación es que los hospitales se saturen cuando lleguemos a la etapa de crecimiento elevado de la dispersión, que está próxima, de acuerdo con el modelo, que permite conocer cuántos individuos van a contraer el padecimiento en el corto y el mediano plazos para que las instituciones preparen suficientes espacios de atención”, dijo Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Economía de la UAM Iztapalapa.
PRONÓSTICOS RESERVADOS
De acuerdo con los especialistas de la UAM, si se emplea el Modelo Centinela de la Secretaría de Salud para analizar el factor de expansión de la epidemia en el país, habría que multiplicar el número oficial por un escalar con valor de 8.3367. Sin embargo, hay algunos problemas de inconsistencias.
“Usar dicha cifra modificaría todos los cálculos, por ejemplo, perdería sentido la tasa de letalidad —personas fallecidas sobre contagiadas— ya que bajaría de 5.47 a 0.66 por ciento y la lógica sería que, si los enfermos fueran multiplicados por un escalar, lo mismo se hiciera con los fallecidos, con lo cual se obtendría una pauta consistente con lo reportado hasta ahora por la dependencia federal”.
En números aproximados difundidos por el sector, 80 por ciento de la población se contagia sin desarrollar el padecimiento; 15 por ciento desarrolla síntomas y enferma; cinco por ciento requiere hospitalización y, de este último porcentaje, tres por ciento fallece, puntualizó el académico.
En esas condiciones, el límite de infectados en el mundo sería de 380 millones y de fallecidos de un millón 140 mil; en Estados Unidos de 18 millones 250 mil y 547 mil 500, respectivamente, y en México de seis millones 300 mil y 189 mil, en el mismo orden.
“A partir de los datos históricos estimamos los valores de los parámetros y los aplicamos a la fórmula matemática del modelo Gompertz, observando que la trayectoria proyectada por el modelo era consistente con los resultados de otras naciones que vivieron el problema antes que nosotros, en especial asiáticas y europeas, así que, en la medida en que las autoridades proporcionen datos estadísticos fidedignos, podremos hacer cálculos que ayuden a salvar vidas”, explicó Pérez Méndez.
Los académicos reconocen las dificultades para pronosticar el comportamiento futuro de la enfermedad en México, al tratarse de un asunto que cae en el campo de los sistemas complejos; no es lineal y los valores de los parámetros cambian constantemente, incluida la tasa de letalidad, además de que los resultados dependen de cuatro factores: la disciplina de la sociedad en cuanto a sana distancia, aseo constante de las manos, estornudo de etiqueta y reuniones con muy limitado número de personas, así como de la infraestructura hospitalaria, entre otros factores.
Los académicos concluyen que la información expuesta es importante para determinar la velocidad de crecimiento de la COVID-19 en la sociedad, “pero hay que estar conscientes de que tiende a cambiar casi a diario y eso dificulta la capacidad del proyectista para ofrecer cifras que no se desvíen de las observadas, sobre todo en el mediano y largo plazos”./LA CRONICA-PUNTOporPUNTO