Entre 2009 y 2011 fueron robados en El Aguacate, Veracruz, tambos que eran botes de basura en un parque; asesinos y sus cómplices los usaron como cocinas para disolver cuerpos humanos.
En menos de un mes, la Quinta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas consiguió indicios sobre esta práctica en Veracruz, que es común en Coahuila y otras entidades.
“Hemos visitado 12, pero hay más de nueve que faltan y se van sumando otros puntos que la gente nos dice”, explica un brigadista a EL UNIVERSAL.
— ¿No eran cocinas de drogas? —le preguntan.
—No, eran cocinas de cuerpos, donde los disolvían —asegura.
En las inmediaciones de Poza Rica, tres personas —un cocinero, la hermana de un exintegrante de Los Zetas y un vecino— narran cómo mataron y disolvieron al menos a 100 personas.
Una integrante d de la Quinta Brigada Nacional de — de Personas Desaparecidas olfalea una varilla tras hundirla en la tierra, en busca de algún indicio que lleve a encontrar al menos los restos de sus familiares.
Más de 100 víctimas
En otro punto, al menos tres testimonios aseguran que en el predio ubicado atrás de un establecimiento, al lado de las casas del Infonavit Las Gaviotas, en Poza Rica, asesinaron, cortaron y disolvieron con ácido o quemaron los cuerpos de más de 100 personas. Un hombre, quien se hace llamar “cocinero”, reveló que sólo le pagaban por disolver los cadáveres en ese lugar y que los restos los mezclaba con la tierra.
La hermana de un exintegrante de Los Zetas de esa ciudad arma haber acompañado a su hermano en la noche. Fue testigo de algunos homicidios y de la forma en que se deshacían de los cuerpos. Tiempo después, su familiar fue asesinado.
Pocos descubrimientos
Luego de una exhaustiva búsqueda de 10:00 a 17:00 horas, la brigada no halló fosas ni restos óseos, pero se encontró ropa enterrada a la orilla, además de plásticos y basura, así como una estampa de una Virgen y una correa de reloj a más de 50 centímetros de profundidad, cerca de un árbol.
- La información que recopilaron fue de hechos que pasaron hace siete u ocho años. “La verdad, a muchos los cocinaban, por lo que no van a encontrar partes completas, sólo unas pequeñas de hueso”, escribió la informante.
- En un árbol de ese predio, los hoyos por impactos de balas se notan a simple vista. Las municiones siguen adentro de la planta; sin embargo, el tronco sanó.
En otros terrenos en los que trabajó el colectivo, la tierra presentaba alteraciones. Se complicó la búsqueda, recolección e identificación, debido al clima, así como a las actividades agrícolas y ganaderas.
“La gente dice: ‘Yo vi cuando los torturaban, cortaban y quemaban’, pero ahora hay huertas. Removieron la tierra y ya hay naranjales. El tiempo nos ganó, ya han pasado 10 u ocho años. Esos montones de ceniza no dicen cuántos cuerpos ni quiénes eran.
“Se han hecho mapas de fosas clandestinas y comunes, pero las cocinas no entran en ese conteo y esa es otra batalla, porque también son desaparecidos”, comenta Miguel Trujillo, quien busca a sus cuatro hermanos, dos de ellos, ilocalizables en Poza Rica, en septiembre de 2010.
- De acuerdo con el Informe sobre fosas clandestinas y registro nacional de personas desaparecidas o no localizadas, presentado el pasado 6 de enero, en el conteo histórico de estos lugares, de 2006 a 2019, Veracruz ocupa el segundo lugar con 432, después de Tamaulipas.
- Las familias de este estado han encontrado renuencia de las autoridades para analizar la tierra y cenizas, porque, señalan, en ocasiones, ésta carece de fragmentos óseos visibles y los binomios caninos no perciben rastros. Sólo hay indicios y testimonios anónimos.
Tras hechos así, las personas desaparecen cuatro veces: la primera vez, cuando las raptan; la segunda, al momento de que les quitan la identidad y borran sus restos; la tercera, cuando el gobierno se niega a reconocer e investigar la desaparición, y la última, en el instante en el que la sociedad criminaliza e invisibiliza a las víctimas./EL UNIVERSAL-PUNTOporPUNTO