A las 12:30 horas, apenas abren las puertas de la primaria Benito Juárez, todos los niños salen en tropel. Afuera, atrás de una reja metálica y dos cadenas laterales, los esperan sus padres, quienes al identificar a sus hijos alzan las manos y hacen un ademán para que vayan a su encuentro.
Así sucede grupo tras grupo, hasta que los estudiantes desocupan el plantel en el transcurso de media hora, sin que nadie certifique con quién se van. Después se cierran las puertas de la escuela entre el ir y venir de padres e hijos, quienes platican, juegan y compran dulces en los puestos de los alrededores.
Obvio, no hay ningún protocolo, ni aquí ni en ningún lado, afirma Adriana, madre que relata que, en su caso, cuenta con una credencial especial que le permite ir por su hijo, quien padece autismo, hasta el salón de clases, pero con el resto de los alumnos no hay distinción.
- Eso ocurre en La Roja, como se le conoce a esta escuela de medio tiempo en la calle Jalapa, de la colonia Roma, pero también en La Azul, que se encuentra al lado y es de jornada completa con salida a las cuatro de la tarde.
- En ambas, hay ocasiones en que hay niños que pueden estar hasta dos horas afuera del plantel en espera de que lleguen sus padres, sin que ninguna autoridad se haga responsable. Las que luego hacen labor de cuidarlos son las señoras que venden los dulces, expresa Alejandra, otra mamá, quien aseguró que ya en una ocasión un padre de familia denunció a otro ante el DIF porque siempre llegaba tarde por su hijo, pero la escuela nunca intervino.
- De acuerdo con las autoridades de la Secretaría de Educación Pública, los directivos están obligados a entregar a los niños –de acuerdo con el protocolo– a quienes estén acreditados y dar una tolerancia de 20 minutos a los padres, y de no llegar, conducir a los menores a la agencia del Ministerio Público.
Sin embargo, a decir de los padres de familia consultados, en estos y otros planteles en distintos puntos de la ciudad, en la práctica no sucede. En la primaria Manuel López Cotilla, frente a la fuente de La Cibeles, son las mamás las que se organizan y crean redes para cuidar a los niños, cuyos papás no pueden llegar a tiempo.
Aquí cierran, y aunque toques el timbre, no te abren; te dicen que de la puerta hacia afuera es tu responsabilidad, cuentan, al señalar que es común ver a las madres de familia hasta con cinco estudiantes en espera de que lleguen por ellos.
- En la primaria Pedro Romero de Terreros, en la colonia Letrán Valle, el escenario es aún peor porque no hay espacio donde puedan esperar los padres. “Aquí tienes que estar a las vivas cazando a tu hijo para que no se baje de la banqueta, porque los carros pasan muy rápido. Habitualmente lo que hago es decirle al mío: ‘Si ves que no llego, te quedas en la puerta y no te muevas’”, expresó otra madre.
Tras la salida, asegura, no hay quien supervise si algún alumno permanece afuera./LA JORNADA-PUNTOporPUNTO