El Pentágono dejará de comprar varios aviones caza F-35 y drones «Reaper» para destinar 3,800 millones de dólares más al muro que el presidente Donald Trump quiere levantar en la frontera con México, según documentos enviados el jueves al Congreso de Estados Unidos.
- Esta medida amplía la reasignación presupuestaria del Pentágono para respaldar los esfuerzos de Trump de acelerar la construcción de un muro en la frontera sur del país para desalentar la llegada de inmigrantes indocumentados, un proyecto para el cual el Congreso ha bloqueado hasta ahora financiación.
Los nuevos fondos incluyen 2,200 millones de dólares del presupuesto del Pentágono 2020 que se había asignado para comprar equipos para la Fuerza Aérea y la Marina, según documentos consultados por AFP.
El resto proviene de fondos inicialmente destinados a operaciones externas de las fuerzas armadas estadounidenses (Afganistán, Siria, Irak).
- Esta reasignación lleva a 9,900 millones de dólares los fondos asignados desde julio por el Departamento de Defensa para el muro en la frontera con México, un proyecto insignia de Trump desde la campaña electoral de 2016.
- El presupuesto del Pentágono, que supera los 700,000 millones de dólares al año, se asigna a programas estrictamente definidos por el Congreso, a propuesta del Ejecutivo.
- Pero el Pentágono tiene unos 6,000 millones de dólares en fondos discrecionales, que pueden redirigirse siempre que se gasten en programas «urgentes».
Entre los equipos sacrificados por el muro de Trump, los documentos entregados al Congreso mencionan los F-35, los drones armados MQ-9 «Reaper», los aviones de carga C-130J y los aviones de reconocimiento marítimo «Poseidon» P-8.
Casi un millón de migrantes fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos en el año fiscal 2019, terminado en septiembre, casi el doble que el año anterior.
Esta afluencia, principalmente de centroamericanos que huían de la violencia y la miseria en su país, provocó una crisis fronteriza, con centros de recepción superpoblados y condiciones sanitarias deplorables./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO