AGENCIAS
Los ingresos no autorizados a lo largo del río Bravo han disminuido enormemente desde que una abrumadora ola de inmigrantes puso en apuros a agentes estatales y federales para asegurar la frontera anteriormente este año.
No obstante, los líderes texanos aún no quieren que sus tropas en el lugar se vayan.
En momentos en que el gobierno federal está disminuyendo su presencia en la frontera sur de Texas, funcionarios estatales de alto rango están proponiendo que, cuando unos 1.000 soldados de la Guardia Nacional partan de allí a principios del año próximo, sean reemplazados con policías estatales que permanecerían en servicio hasta agosto.
El plan pide gastar 86 millones de dólares adicionales para extender una misión de seguridad fronteriza ordenada por el gobernador Rick Perry en junio cuando menores de edad no acompañados por un adulto ingresaban sin autorización al estado en cifras récord. Aunque agencias judiciales locales dicen que ya no se requieren recursos adicionales, el vicegobernador saliente David Dewhurst defendió la estrategia.
«El aumento (en la vigilancia policial) está funcionando», dijo el miércoles. «Es importante que lo mantengamos funcionando».
A mediados de año, la Patrulla Fronteriza envió agentes de otras estaciones de vigilancia hacia el sur de Texas para ayudar a hacer frente al flujo de inmigrantes centroamericanos. Pero funcionarios de dicha patrulla han dicho que la mayoría de esos agentes ya regresaron a sus estaciones originales al caer la cifra de ingresos no autorizados.
«Aunque la tasa de niños sin acompañamiento aprehendidos en el Valle del Río Grande (río Bravo) parece estar disminuyendo en comparación con fechas anteriores este año, continuamos preparándonos para cualquier cambio en las condiciones actuales», indicó la Patrulla Fronteriza en un comunicado.
La cifra de menores sin compañía de un adulto arrestados en el sur de Texas —la cual representó una porción grande del aumento de cruces fronterizos a mediados de año— bajó 42% en octubre de 2014 en comparación con ese mismo mes de 2013. Y estadísticas del Departamento de Seguridad Pública de Texas que utilizan datos de la Patrulla Fronteriza muestran que durante la primera semana de la Operación Seguridad Fuerte a fines de junio fueron aprehendidas 6.606 personas en el área donde se desplegaron fuerzas de Texas. Ese número bajó a 1.521 en la semana que terminó el 1 de noviembre.
Dewhurst dijo el miércoles que una mezcla de policías estatales adicionales y tecnología reemplazará a los soldados de la Guardia Nacional que fueron desplegados en el Valle del Río Grande a mediados de este año.
Retirar a la Guardia Nacional de la frontera tiene, en parte, móviles financieros. Algunos en la Legislatura han sugerido que el costo mensual total es superior a 18 millones de dólares, y Dewhurst señaló que un problema con extender el despliegue es que los guardias nacionales «son más caros».
Una carta de la oficina de Perry fechada el lunes indica que 17,5 millones de dólares —aproximadamente 20% del gasto nuevo propuesto— irían a la Guardia Nacional. La mayor parte del resto está reservado para el Departamento de Seguridad Pública.
Dewhurst y Perry dejan sus cargos en enero. Tanto sus sucesores como una nueva Legislatura podrían tener preferencias diferentes sobre cuánto gastar y dónde, y podrían desechar este plan.