Unas 2 mil personas, entre extranjeros y mexicanos, pernoctan en las márgenes del río Bravo a la espera de asilo humanitario de Estados Unidos. Algunas familias duermen a la intemperie, otras bajo lonas y casas de campaña que organizaciones humanitarias y religiosas les han donado para protegerse mientras esperan ser llamados por funcionarios de la Oficina de Aduanas e Inmigración (CBP, por sus siglas en inglés).
- El clima obra en contra de estos solicitantes de asilo. Los niños juegan descalzos en medio de charcos y sin ropa adecuada para el frío.
- Enrique Maciel, delegado del Instituto Tamaulipeco del Migrante, comentó que el número de personas que pretenden asilo ha ido en aumento y son muchas las necesidades que enfrentan no sólo los extranjeros, sino unos 400 indígenas provenientes de Guerrero y Chiapas.
No hay presupuesto que alcance, ya que todos los días llegan personas y hay que acomodarlas. Estamos buscando convencerlos de que se trasladen a la estructura principal donde hay baños y servicios, pero tiene que ser voluntario; no se les puede forzar.
La estructura a la que se refirió el funcionario estatal es una techumbre con iluminación equipada con sanitarios y regaderas que el gobierno federal levantó en las inmediaciones del bordo, pero sólo una minoría aceptó el traslado.
- Entre estos migrantes hay un nutrido grupo de mexicanos que si bien cruzaron la frontera el pasado 3 de diciembre, convocados por agentes estadunidenses, en los días siguientes fueron retornados a territorio nacional porque no presentaron documentos que acreditaran que huyeron de sus estados natales por estar amenazados.
- De regreso a la orilla del río Bravo, los desalentados indígenas tomaron posiciones junto a las casas de campaña ocupadas por hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y cubanos, quienes sobreviven de la ayuda de agrupaciones de Estados Unidos cuyos voluntarios todos los días cruzan la frontera para proveerlos de alimentos, cobijas y medicinas, además de agua y leña para que cocinen en improvisadas hornillas que colocan en la tierra o sobre ladrillos./La JORNADA-PUNTOporPUNTO