Aunque el Gobierno Federal asegura que no existe una organización criminal que domine el país, autoridades locales reconocen que los índices de violencia se incrementaron con la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en 25 de los estados en los que opera, desatando el terror especialmente en Baja California, Guanajuato, Michoacán, Veracruz y Jalisco.
La producción y el trasiego de drogas, el apoderamiento de territorios a través de la extorsión y el secuestro, el robo de combustible, el lavado de dinero y una violencia brutal, son el sello del grupo delincuencial considerado el más poderoso de México por parte de autoridades de Estados Unidos.
- Pese a que la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador minimiza la expansión del CJNG, pintándolo como una fantasía, es el cártel más combatido en los primeros meses del sexenio, mediante acciones de aseguramiento de cuentas bancarias, la desarticulación de algunos de sus vínculos en el Poder Judicial Federal y unas cuantas detenciones.
Sin embargo, lo hecho hasta el momento por las autoridades mexicanas, más por presión del país del norte que por iniciativa propia, todavía no se traduce en una reducción del poder de la organización que presuntamente encabeza Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, en coparticipación con sus socios y cuñados “Los Cuinis”, de la familia González Valencia, de Aguililla, Michoacán.
- El combate a Jalisco ha tenido efectos colaterales, además de la violencia entre células de mafiosos y el ataque a policías, la desacreditación de funcionarios inmersos en la inactivación de las operaciones criminales, ya sea a través de la “inteligencia” o de la represión, como se sigue haciendo en diversos estados. Jefes policiales y secretarios de seguridad han tenido que renunciar a sus cargos, unos por señalamientos y otros por amenazas o miedo.
- Tras hechos violentos como los ocurridos en la segunda semana de agosto de 2019 en Uruapan, Michoacán, donde 19 personas fueron asesinadas y colgadas en puentes vehiculares, y la aparición de un video donde se señalaba a algunos gobernantes supuestamente vinculados al crimen organizado, el Presidente López Obrador pidió públicamente a los integrantes del CJNG “no perjudicar a la población”.
Primero, fue en julio cuando a través de un videomensaje se acusó al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, de tener nexos con el CJNG. López Obrador defendió a su funcionario y negó cualquier posibilidad de que la versión tenga fundamento. Luego, en agosto, se señaló al mandatario jalisciense Enrique Alfaro de proteger a los contras de ese cártel. El propio AMLO dijo que no hacía caso a ese tipo de comunicaciones de delincuentes.
LA EXPANSIÓN
Informes de autoridades mexicanas y de la Administración para el Control d Drogas (DEA; por sus siglas en inglés), señalaban a finales de 2017 que la empresa delictiva jalisciense, de origen michoacano, operaba por lo menos en 22 estados del país. A poco menos de dos años de distancia, el mapa pinta por lo menos tres entidades más para completar 25 de las 32 que existen en la división política de México.
- Los gobiernos de ambos países cuentan con datos de la presencia de células del CJNG en Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
- En Estados Unidos se asegura que la presencia del CJNG se ha duplicado, pues en 2015 contaban con datos de sus operaciones en once ciudades, mientras que para 2017 ya había ampliado sus actividades delictivas a por lo menos 14 urbes más.
- En su Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas, la DEA indicó que el CJNG trafica principalmente “cientos de kilogramos” de metanfetaminas desde Guadalajara para llevarlos, a través de espacios de cruce en Tijuana, a centros de distribución en Los Ángeles y San José, California, entre otros destinos.
Debido a lo anterior, el gobierno norteamericano creó una Fuerza de Tarea contra el Crimen Organizado Trasnacional para combatir a las que consideran las “cinco organizaciones criminales identificadas como amenazas máximas para el país”, entre las que se encuentran tres cárteles mexicanos: Jalisco, Sinaloa y El Golfo. Incluso, en octubre de 2018 a DEA anunció que subió a 10 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Nemesio Oseguera “El Mencho”.
La DEA reveló el primer día de agosto de 2019 que Oseguera Cervantes se esconde en las zonas montañosas entre Colima, Jalisco y Michoacán, donde creó su propio “triángulo dorado” para protegerse. En su informe de investigación, estima que la conducta del líder del CJNG es similar a la de Joaquín “El Chapo” Guzmán, del Cártel de Sinaloa, quien no permanecía mucho tiempo en un solo sitio, ni en un mismo tipo de inmueble.
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, descartó en septiembre último que exista un cártel que domine en todo el país y asegura que solo hay organizaciones criminales con asiento regional, como ocurre en Jalisco o en Guanajuato. El funcionario federal que echa por tierra la existencia de macro agrupaciones criminales, agregó que las fronteras con EU son especialmente complejas, como el caso de Baja California y Tamaulipas.
LOS TERRITORIOS
Según el reciente análisis anual de la agencia estadounidense de inteligencia Stratfor, la fragmentación de los cárteles continúa, lo que ha derivado en pugnas entre células por el control de territorios y ha acrecentado la violencia en México en una “guerra sin fin” y un resquebrajamiento del CJNG, “el más agresivo de México, que tiene abiertos frentes de batalla con sus rivales de Sinaloa y Nueva Plaza, lo que podría agravar la situación”.
Autoridades mexicanas tanto de la anterior como de la actual administración federal, reconocen la presencia del CJNG en las diversas entidades, incluso en Ciudad de México, a cuyos gobernantes les costaba mucho admitir que existen organizaciones criminales en la gran Capital. Ahí ocurren disputas entre las bandas locales que se autodenominan “cárteles” de Tláhuac y La Unión Tepito con el CJNG por el control de la venta de drogas y la comisión de otros ilícitos.
Desde luego que en Jalisco, Colima y Michoacán se registra la mayor operatividad del clan que encabezan “El Mencho” y “Los Cuinis”, donde se han localizado sus casas de seguridad, campos de entrenamiento y sus narcocementerios. Las balaceras en plenas zonas poblacionales, las fosas clandestinas y las bolsas plásticas con restos humanos abandonadas en cualquier lugar, abierto o cerrado, mantiene la cuota de terror para los habitantes.
- El CJNG sostiene una disputa abierta con el grupo Nueva Plaza, liderado por Carlos Enrique Sánchez Martínez “El Cholo”, ex colaborador de confianza de Oseguera en la Zona Metropolitana de Guadalajara y que se extiende a otros municipios rurales de Jalisco. Presuntamente el apoyo del Cártel de Sinaloa al “Cholo” ha exacerbado la violencia que se ve reflejada en el descubrimiento frecuente de cuerpos humanos mutilados o asesinados cruelmente con los consabidos “narcomensajes”.
- En Michoacán, balaceras en centros de entretenimiento, cuerpos colgados o agresiones a policías son la constante. Ahí los michoacanos del CJNG que un día fueron parte del Cártel del Milenio de los Valencia, pelean territorios, la producción y el mercado negro de las drogas sintéticas con Los Viagras, Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana, teniendo entre sus aliados y también enemigos a algunos grupos de autodefensa.
- En BC y BCS, los del clan jalisciense que tienen de colaboradores a los miembros del Cártel Arellano Félix, están en guerra con el Cártel de Sinaloa que desde hace años dominan la frontera y la península. Además, libra una batalla al interior por el control de la organización tras la ejecución y captura de varios de sus líderes en los últimos dos años.
En Veracruz, Puebla y Zacatecas, los de Nemesio Oseguera contienden con Los Zetas; en Nuevo León y Tamaulipas, con Los Zetas, El Golfo y el Cártel del Noreste; mientras que en Guerrero pelean con Los Rojos, Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y Guerreros Unidos, entre otros. En el Estado de México son enemigos de La Familia Michoacana; en Morelos, del Cártel Tlahuica y Los Mayas; y en Chihuahua, del Cártel de Juárez y Sinaloa./SIN EMBARGO-PUNTOporPUNTO
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