California era ayer una hoguera lista para arder y con su población en estado de alerta. La sensación de peligro fue alimentada durante una semana de temperaturas extremas para esta época, fuertes vientos y las constantes advertencias de las empresas eléctricas de que podían cortar la luz a millones de personas ante el peligro de que su deficiente infraestructura fuera el detonante de más incendios.
- Entre el sábado y ayer, las autoridades han ordenado la evacuación de 230.000 personas. Anoche, el Estado declaró el estado de emergencia. Ante la previsión de altas temperaturas y fuertes vientos el pasado fin de semana, anunció que cortaría la luz a 940.000 titulares de contratos (unas dos millones de personas afectadas en total) y que esos cortes podrían durar hasta hoy. Ni el número de personas afectadas ni la duración se conocen con seguridad./ EL PAÍS