De manera similar a como ocurrió en los dos sexenios anteriores, la estrategia de seguridad del actual gobierno parece estar basada en operativos militares en donde hay más improvisación y uso excesivo de la fuerza que planeación estratégica, lo que se traduce en el fracaso de operativos como el de Culiacán, señaló la investigadora Rebeca Calzada Olvera.
La integrante del Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) afirmó en entrevista con La Jornada que el intento fallido de aprehender a Ovidio Guzmán, el jueves 17 de octubre, se trató de una acción “bastante improvisada o muy mal planeada, y cuando haces algo contra el cártel de Sinaloa debes ser mucho más estructurado”.
- Este rasgo de mala organización, indicó, fue una de las principales características de la época de la llamada guerra contra las drogas, pues como comprobó un estudio en el cual participó Calzada, la mayoría de los choques entre militares y civiles armados (presuntamente narcotraficantes) se dieron aparentemente por azar.
- En el mencionado análisis, el 30.6 por ciento de los enfrentamientos ocurrieron luego de que las fuerzas armadas realizaron patrullajes de rutina, mientras sólo el 2.7 por ciento fueron producto de una investigación previa con un objetivo predeterminado.
- De igual forma, a partir de un estudio realizado originalmente por los investigadores Catalina Pérez Correa y Carlos Gutiérrez, en el cual analizaron la cantidad de muertos y heridos en los operativos castrenses, Calzada desarrolló un trabajo junto con otros especialistas, en el cual documentaron que de 2007 a 2011 hubo una cantidad creciente de acciones militares donde no había civiles heridos ni detenidos, sino únicamente muertos.
- Aunque subrayó que no pueden probarlo de manera contundente, la especialista señaló que ese dato podría ser un indicador de posibles ejecuciones extrajudiciales cometidas por las fuerzas armadas, y no de enfrentamientos, como normalmente son reportados por las autoridades.
- Para Calzada, el hecho de que en el actual gobierno se siga con la tendencia de militarización de la seguridad pública, a través de la Guardia Nacional, entraña el riesgo de que continúen los operativos improvisados, guiándose con la lógica de populismo punitivo de la mano dura.
- Quizá ahora es diferente en que se ha mandado la orden de no abrir fuego tan fácil, pero seguimos teniendo presencia de militares y no sé si sea una bomba de tiempo. Tendremos hasta 2023 para ver si realmente van a retirar al Ejército y la estrategia sea ya no tanto de combate, sino más de inteligencia./LA JORANDA-PUNTOporPUNTO