Por Eduardo Ibarra Aguirre
La oposición está moralmente derrotada, aseveró el presidente Andrés Manuel durante la lectura del I Informe de Gobierno que entregó al Congreso de la Unión a través de Olga Sánchez Cordero, la secretaria de Gobernación que la escandalosa práctica de las noticias “voladas” –que en forma singular practica Raymundo Riva Palacio y una parte de la mediocracia–, da por renunciada desde hace nueve meses.
Y por supuesto que Marko Cortés, el presidente de Acción Nacional que cuando encabezó a los diputados de su partido solicitaba moches a los legisladores que les gestionaba recursos para sus distritos, enseguida se puso el saco y jura: “Queremos ayudar al presidente, que escuche las propuestas y reconozca que las cosas no van bien”, ayuda que ofrecen no pocos políticos y analistas Pero López Obrador sostiene que tiene millones de asesores en el pueblo de México. No hay chamba, pues, por si alguien la busca.
Mas el impugnado Marko por sus propios compañeros del PAN, enseguida de ofrecer “ayuda” amenazó con recorrer el caminito que conoce bien, el de Washington, la OEA y el impresentable Luis Almagro, para denunciar al Grupo Parlamentario de Morena en San Lázaro por la reelección de Porfirio Muñoz Ledo.
El presunto aliado o cercano a AMLO, al decir de la “voladora” mediocracia y sus analistas, Alejandro Moreno Cárdenas (¿Amlito?) no ahorró adjetivos. “En los primeros nueve meses de gobierno, Morena ha presentado su peor cara: la improvisación, la falta de humildad y de claridad en los programas sociales, exceso de triunfalismo, soberbia y arrogancia de las oficinas gubernamentales”. Algunas como la arrogancia, improvisación y triunfalismo lo escucho de fuentes ajenas a las oposiciones, de votantes por el hoy presidente de México.
La presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, reaccionó calificando de “Mezquina y díscola la oposición que no reconoce los logros del primer año de gobierno” de AMLO. Exige que actúen como una oposición responsable que reconozca avances en la conducción del país. Y recuerda que “Nosotros fuimos oposición y por supuesto, señalabas todo lo que está mal, pero si había cosas que estaban bien las reconocías y mira que nos maltrataron”. Lo cual no se corresponde con la realidad, ni de la oposición morena ni perredista. El espíritu de “contreras” es de los signos distintivos de las oposiciones, en demérito de las propuestas que las transformen en alternativas políticas.
En este tema le asiste la razón a la doctora Denise Dresser cuando aseguró en Aristegui Noticias (2-IX-19) que en las oposiciones “no vemos un liderazgo alternativo, fuerte, que inspire”. Y vaya, digo yo, que Felipe Calderón y Vicente Fox, además de Marko Cortés hacen esfuerzos desesperados. También Dante Delgado, aunque se concentra más en cooptar personajes muy desgastados de otros partidos, como Juan Zepeda.
Mientras el país carezca de oposiciones alternativas, no las que hoy hacen desfiguros –como la marcha del domingo en la que 500 personas demandaron la renuncia del presidente con 69% de respaldo ciudadano–, el gobierno no contará con los elementos indispensables de la competencia política democrática para gobernar con más y mejores resultados en seguridad pública, crecimiento económico, abasto de medicamentos –que es un rezago viejo como lo documentó Denise Maerker–, y plutócratas como los Claudio X. González se verían precisados a actuar sin parapetarse en la sociedad civil, los intelectuales (María Amparo Casar) y periodistas (Carlos Loret) que trabajan para ellos.