Al convertir a las universidades públicas en una “lavandería” de recursos, se distorsiona su objetivo educativo y es parte de la crisis económica en la que actualmente se encuentran sumergidas.
- Así lo expuso Luis Carlos Ugalde, director general de la Consultoría Integralia, quien comentó que existe un fenómeno generalizado de “distorsión política” en las instituciones públicas de educación superior del país, donde los rectores terminan por politizar la actividad de éstas y los recursos públicos que les asignan.
- En entrevista explicó que de acuerdo con el estudio que elaboraron sobre las 34 Universidades Públicas Estatales (UPES), también identificaron la triangulación de recursos que se hizo para la llamada Estafa Maestra.
- “Ese dinero entró a las universidades, lo que es reflejo de que las utilizaron como una buena lavandería”, aseveró el también exconsejero del entonces Instituto Federal Electoral (IFE).
Asimismo, aclaró que el procedimiento para que estas instituciones reciban recursos de la Federación y subcontraten sin licitaciones es válido, pero está limitado a 49 por ciento de dicho presupuesto, mientras que las universidades hicieron subcontrataciones con “empresas fachada” que involucraron hasta 100 por ciento de los recursos.
- “Una secretaría podía contratar a una universidad y darle, por ejemplo, 100 pesos, pero la universidad sólo podía subcontratar 49 pesos y subcontrataron todo, por eso se trató de una estafa, utilizaron la facultad de no llevar a cabo el proceso licitatorio para canalizarlo a empresas fachada, de ese modo lavaron el dinero”, explicó.
- Indicó que esta situación se da en un contexto en el que las universidades, en nombre de la educación pública, hacen constantes solicitudes de presupuesto, pero evaden la rendición de cuentas y, en muchas ocasiones, abusan.
- Además, agregó el consultor Mauricio Polín, quien también participó en el estudio “Planeación, Programación y Rendición de Cuentas del Presupuesto de las Universidades Públicas en México: Razones, Resultados y Retos”, el perfil de las actividades de los rectores de estas instituciones educativas es más político que orientado a la academia.
Comentó a este medio que, de acuerdo con los datos arrojados por dicho análisis, la mayoría de los rectores una vez que concluyen su gestión ocupan cargos de elección popular, por lo que en muchas ocasiones sus acciones cuando están al frente de las universidades están más orientadas a atender otros intereses.
- “Resulta que los incentivos que tienen para hacer bien las cosas durante su mandato no existen, entonces terminan por ceder ante otro tipo de presiones, muchas de ellas, por ejemplo, de los sindicatos, porque eso a futuro les va a generar más beneficios políticos”, señaló./LA RAZÓN-PUNTOporPUNTO