Una investigación interna del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) reveló que otro centro de detención de migrantes en Texas está en condiciones deplorables e insalubres, al grado de considerarlo una “bomba de tiempo”.
Según el diagnóstico de la Oficina del Inspector General del DHS, las instalaciones en las están recluidos algunos de los 223 mil 263 migrantes detenidos en mayo pasado en el sector Río Grande, el más alto volumen de aprehensiones en los ocho meses del año fiscal 2019.
- En el documento, alertan sobre el hacinamiento que padecen adultos y menores, quienes comparten jaulas, carecen de servicios como agua potable y no tienen acceso a medicamentos.
- En una visita sorpresa el pasado 10 de junio, las autoridades que evaluaban el sitio tomaron fotografías en las que aparecen 71 varones hacinados en un espacio diseñado para 41 mujeres, niños enjaulados con adultos y personas recostadas en el piso, cubiertas con mantas de emergencia.
- “Es nuestra última alerta de manejo, el DHS necesita resolver un hacinamiento peligroso y la detención prolongada de niños y adultos, cuyo propósito es notificarle acerca de asuntos urgentes, que requieren atención inmediata”, se lee en el texto dirigido al secretario interino del DHS, Kevin McAleenan.
El estudio detalla que al momento de la visita había bajo custodia ocho mil personas, de las que tres 400 llevaban retenidas más de 72 horas y mil 500 por hasta más de 10 días, lo que sobrepasa los estándares de los centros de detención.
- De hecho, en las cinco instalaciones del sector Río Grande, el Inspector General del DHS alertó que todas tienen sobrecupo.
- “Además de detener a 30 por ciento de los menores por más de 72 horas, muchas instalaciones no satisfacen los estándares. Por ejemplo, los niños de tres de los cinco complejos visitados no tenían acceso a regaderas, a pesar de que está establecido que éstas se proporcionen a menores que se acercan a las 48 horas de detención.
- “En estas instalaciones, los niños tienen acceso limitado a mudas de ropa, la Patrulla Fronteriza no tiene prendas ni lavanderías. Mientras todos los centros tienen fórmula para bebés, pañales, toallas húmedas y frutas y botanas, observamos que dos de ellos no dan comida caliente a los infantes”.
A estas condiciones se suman la detención con puertas cerradas, lo que ha provocado que varias personas enfermen, al grado de que los migrantes no quieren volver a sus celdas, indica el documento./LA RAZÓN-PUNTOporPUNTO