Por las madrugadas, aun cuando está prohibido ingresar al Parque Nacional de Los Dinamos, de las 18:00 horas a las 5:00 horas, brujos y santeros contratados en el Mercado Sonora se las ingenian para entrar a las riberas del Río Magdalena, considerado el único afluente vivo en la Ciudad.
Junto a los muros semidemolidos de la Casa del Abuelo, en la zona del Primer Dinamo, realizan limpias con sangre de animales, ropa interior o veladoras que, arrojados al cauce, son los primeros desechos contaminantes del río, el cual hasta ese sitio aun muestra un caudal cristalino.
Para interceptar la basura y las descargas de drenaje de las casas y los establecimientos, un tubo fue instalado encima o al lado del cauce, con la intención de sanear el río.
Sin embargo, a pesar de la medida implementada por el Sistema de Aguas (Sacmex) a su paso por colonias de Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y en al arroyo al lado de los Viveros de Coyoacán, las aguas del río ofrecen olor a cañería./EL UNIVERSAL