Lidia Suárez, de 72 años, es dueña de una pequeña casa de adobe ubicada en el sur de la Ciudad de México. Su hogar, con más de 300 años de antigüedad, se encuentra en el corazón del pueblo de Xoco, en la alcaldía de Benito Juárez. En 2005 pagaba 6 mil pesos de predial, pero el año pasado aumentó hasta 32 mil.
La razón: alrededor de estas casas se está construyendo un gran desarrollo inmobiliario; los edificios City Tower, Urban Park y el proyecto —aún en construcción— Mítikah hicieron que esta área dejara de ser un “pueblo originario” y se convirtiera en una “zona residencial”.
- “Con Marcelo Ebrard nos quitaron el nombre de ‘pueblo’, porque en los pueblos y en los barrios no se pueden construir edificios sin consultarnos, así que pasamos a ser colonia”, cuenta Lidia. Pero hace menos de un año les regresaron la nomenclatura de pueblo originario y ahora esperan ser consultados sobre la construcción de la torre Mítikah, un edificio que se pretende tenga 65 pisos./EL UNIVERSAL