La guerra comercial declarada por Donald Trump a China hace más de un año ha entrado en una nueva fase, mucho más peligrosa. Estados Unidos aumentó ayer los aranceles a miles de productos procedentes del gigante asiático valorados en 200.000 millones dólares del 10% al 25%.
La adopción de estas medidas se produjo mientras los negociadores de ambos países se reunían en Washington por segundo día consecutivo en un intento de presionar al régimen de Pekín para que acepte las condiciones de la Administración republicana en las negociaciones entre ambos países. La cita terminó sin avances y las autoridades chinas han prometido una respuesta./ EL PAÍS