Por Eduardo Ibarra Aguirre
Pareciera un error la petición del presidente Andrés Manuel al empresario papelero Miguel Rincón, quien además es su consejero y compadre, hecho éste que por lo visto irrita a los redactores de Rayuela de La Jornada –“El pecado está en haberlo hecho compadre”–, para que renuncie al contrato ganado todo indica que en buena lid y a la luz del día para abastecer de papel a la Secretaría de Educación para la producción millonaria de libros de texto gratuitos.
Antes de proceder a formular la petición, el tabasqueño de Macuspana agotará los procedimientos legales para cancelar el contrato y sólo en el caso de que no proceda, explicó en Palacio Nacional, “Le pido a mi compadre Miguel Rincón que entienda las circunstancias; nosotros no sólo somos honestos, queremos que se sepa, que no quede ninguna duda de nuestra integridad. Es ser y parecer”.
Lo anterior porque Reforma, bajo la conducción de Juan Pardinas, todos los días busca con una potente lupa y encuentra presuntos o reales errores, desatinos y desaciertos del gobierno de la cuarta transformación, e hizo pública la asignación del contrato al consorcio Bio Pappel, la principal empresa en el ramo.
López Obrador dijo: “No le quiero dar ningún motivo a los conservadores, a la prensa fifí, porque no somos iguales”. Ellos son “defensores de un régimen corrupto que se distinguió por hacer jugosos negocios públicos en beneficio de particulares, al amparo del poder público” con Carlos Salinas.
Seguramente es como lo afirma AMLO sin mencionar por su nombre y por primera ocasión al diario de Alejandro Junco de la Vega, lo cual es plausible porque involuntariamente quizá, el presidente se convirtió en el principal propagandista del periódico y de colegas como Carlos Loret y Pablo Hiriart a los que menciona para defenderse de señalamientos con frecuencias tendenciosos.
Para mi gusto les da demasiada importancia y privilegia los adjetivos sobre los hechos, tanto que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –de la muy impugnada y hasta desprestigiada Organización de los Estados Americanos que acaba de abandonar Venezuela–, a través de Edison Lanza le advirtió al presidente que utilizar expresiones denigrantes en contra de la prensa “puede generar mayores condiciones de vulnerabilidad para los periodistas y exponerlos a sufrir actos de violencia”. Así que se acabó, la “prensa fifí”, pero sólo en el discurso presidencial, porque sigue viva y vigorosa, uncida al gran capital.
El hecho es que Bio Pappel, encabezada por Miguel Rincón Arredondo, provee 80% del insumo que se necesita para los más de 200 millones de ejemplares que imprime la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos cada año y que de proceder el recurso jurídico que interponga AMLO o la petición al compadre, para el próximo ciclo escolar podrían no estar a tiempo los volúmenes y, además, resultar más caros al erario.
En tal caso la preocupación del presidente por ser y parecer honesto le saldría más cara al país en términos monetarios y lo que es peor, dañaría el ciclo escolar. De los peros a la honestidad de Obrador se cuentan muchas historias, pero no se aportan datos duros, hechos con algún respaldo documental, por la sencilla razón de que no existen, salvo pruebas en contrario.
De tal suerte que AMLO debería preocuparse y también ocuparse menos de los díceres de los voceros de sus adversarios y más de los que sin dar la cara mecen la cuna de la mediocracia. Y si tanto le preocupa el qué dirán, pues que suelte el presupuesto publicitario y la crítica se atemperará enseguida, aunque no desaparecerá por fortuna para México.