Agentes de la SSC, adscritos a la Benito Juárez, fueron acusados por la detención arbitraria de dos jóvenes.
La noche del miércoles, Santiago, de 19 años de edad, acudió a una tienda de conveniencia. Al salir del negocio fue interceptado por los agentes José Gallegos Sagrero y Jazmín Nayola Sahagún, de la Policía Bancaria e Industrial (PBI).
Le dijeron que realizarían una revisión preventiva, pero el joven se negó porque no había cometido ningún delito; sólo lo habían señalado por su forma de vestir. Los uniformados lo tiraron al suelo y comenzaron a golpearlo para después subirlo a una patrulla.
Cuando llegó Nicolás, un amigo de Santiago, también fue sometido a golpes e incluso un policía le apuntó con su arma a la cabeza.