Los miles de jóvenes “encuadrados” que actualmente cumplen con su Servicio Militar Nacional (SMN) obligatorio son para el país un potencial en la ayuda humanitaria por su participación en la aplicación del programa DNIII —de la Defensa Nacional— y Plan Marina —de la Secretaría de la Marina— y en la prevención del delito, así lo señalan en entrevista exclusiva con Crónica el coronel de Caballería Martín Enrique García Ordóñez, perteneciente al Primer Batallón de Policía Militar, encargado de esta área de la Sedena, y el capitán de Fragata Javier López García, jefe de la Subsección del Servicio Militar Nacional del Cuartel General del Alto Mando de la Secretaría de Marina-Armada (Semar).
- “Ellos son un grupo potencial de participación con las Fuerzas Armadas” para auxiliar a víctimas de desastres naturales, asegura García Ordóñez, quien aclara que nunca se puede saber la magnitud del problema hasta que ocurre. “Una vez que se presenta el desastre, éste se enfrenta con cada uno de los elementos que se tenga, de acuerdo con la necesidad”, indica el coronel responsable del SMN en esta urbe.
- En tanto, el capitán de Fragata revela que durante los sismos de septiembre de 2017 fueron los jóvenes del servicio militar quienes “abrieron” los accesos a los marinos para poder llegar a las víctimas, pues no se les permitía la entrada, por ejemplo, en Xochimilco y Milpa Alta, alcaldías muy cerradas por sus habitantes.
- “Cuando (ocurrieron) los sismos de 2017, los jóvenes que estaban en el servicio militar vinieron de manera voluntaria y se integraron al Plan Marina. Pudimos llegar a áreas a las que no hubiéremos podido acceder si no hubiera sido por ellos, ante la actitud de las poblaciones de esas alcaldías donde sus habitantes se mostraron muy desconfiados del auxilio gubernamental, entonces nos veían y la gente no quería la ayuda. Fueron los jóvenes del SMN quienes nos facilitaron la entrada a esas comunidades. Ese año el comandante estaba muy contento”, recordó López García en la charla con este diario en el centro de adiestramiento de la Semar, en el Primer Regimiento, al sur de la Ciudad de México.
Hace tres semanas, el exprocurador capitalino, Bernardo Bátiz, dijo a vecinos de la colonia Postal que el Servicio Militar debe reformularse, toda vez que éste ha dejado de ser útil. “Es deficiente”, fueron sus palabras.
Este diario buscó a los encargados del Servicio Militar Nacional para conocer su estado actual. El capitán de Fragata López García rechaza lo planteado por Bátiz. “Está fuera de contexto. Si bien el Servicio Militar fue creado en 1942 bajo una necesidad específica, de crear una reserva en tiempos de guerra. El servicio funciona muy bien para los chicos, son de gran apoyo para nosotros.”
Enumera las actividades que realizan de 8:00 a 13:00 horas. Tras pasar bandera se les da el desayuno. Luego, los jóvenes clase 2000 (nacidos en ese año) tienen instrucción militar de orden cerrado (aprenden a marchar y los movimientos propios de la instrucción). Después tienen dos horas de diferentes academias: derechos humanos, protección civil, primeros auxilios y prevención del delito. Antes de concluir deben tener acondicionamiento físico de una hora 40 minutos. Y se finaliza con los exhortos de la Semar.
- “Ahorita estamos enfocados en la recuperación de valores, a la integración del joven a una sociedad. Y estamos en campaña con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) que prepara conferencias sobre los fenómenos perturbadores, en especial para los capitalinos en el tema de los temblores.
- La Sedena y la Semar en conjunto hacen un programa y deciden qué es lo mejor para este servicio, agrega el capitán. Sin embargo, el programa general de este servicio emana del Estado Mayor que emite las directrices de las actividades de cada sábado para los reclutados en cada institución castrense, por ejemplo, Semar da Plan Marina y Sedena da DNIII.
- Enfatiza que el SMN ha variado conforme a las necesidades del país, y asevera que es necesario concientizar a los jóvenes en la recuperación de valores, que han ido en decadencia desde hace algunos años, insertarlos en una sociedad.
- Sobre estos tiempos actuales de altos índices delictivos en México, ambos funcionarios de las Fuerzas Armadas apuntan hacia el blanco: Reinsertar valores como lealtad, deber, abnegación, patriotismo, honor y honradez.
- Paredes y muros del Primer Batallón de la Policía Militar son aprovechados para ello. En el comedor se lee en columnas de concreto: honor, siempre leales, desconfianza —siempre alertas— y reacción. En Marina también se repiten sus 19 conceptos, además de la disciplina en la puntualidad. “Si llegan después de las 8:00 horas ya no entran al servicio”.
- Se nos permite platicar con Irene Sillero, la joven voluntaria, quien estudia criminalística y le gustaría hacer carrera en las Fuerzas Armadas.
- “Llegar aquí me ha cambiado. Ahora obedezco a mi mamá, porque es una autoridad. Me dirijo con más respeto hacia los demás y el servicio también en una forma de sacar el estrés”, comparte la joven, de aproximadamente 1.45 metros de estatura, y continúa con sus actividades.
- Tanto al coronel de Caballería Martín Enrique García Ordóñez, como el capitán de Fragata Javier López García, jefe de la Subsección del Servicio Militar Nacional de la Semar se les cuesriona sobre la posibilidad de que la clase 2000 sea una opción para integrar las reservas de la Guardia Nacional, lo que deberá quedar definido en las leyes secundarias de la reforma constitucional que implicó la creación de este nuevo cuerpo de seguridad.
Ambos funcionarios aseguran no tener conocimiento sobre este planteamiento que hizo el exprocurador Bátiz. /LA CRÓNICA-PUNTOporPUNTO
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