La Ciudad de México es la entidad con mayor prevalencia de violencia contra las mujeres en sus comunidades, pues 50 de cada 100, han padecido alguno de los actos violentos que tienen lugar en espacios públicos o de uso común, señaló Sara Patricia Orea Ochoa.
• La magistrada del Tribunal Superior de Justicia destacó que el año pasado se atendieron 890 casos de violencia familiar, convirtiéndose en el primer delito contra las mujeres; seguido de lesiones con 759 y otros abusos sexuales con 322.
• En abuso sexual contra menores se registraron 101 casos, en el de otras violaciones 74, violación a menores 67 y feminicidios con 44; mientras, en enero pasado, se presentaron 136, 50, 33, 6, 4, 3 y 5 delitos, respectivamente.
• Durante el conversatorio: “Violencia extrema contra las mujeres, ataques con ácidos o sustancias corrosivas: retos para la protección efectiva de derechos y acceso a la justicia” destacó que el año pasado se registraron mil 72 solicitudes de medidas de protección.
• Un total de 902 solicitantes ante las personas juzgadoras del sistema procesal penal acusatorio fueron mujeres y durante los primeros tres meses de este año otras 144 han pedido también la aplicación de dichas medidas.
• El 92 por ciento de las autorizadas el año pasado se concentraron en la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima u ofendido y limitación para asistir o acercarse al domicilio de la víctima u ofendido, o al lugar donde se encuentre.
• La magistrada detalló que se otorgó el 89.7 por ciento de las medidas solicitadas en materia familiar tradicional y el cien por ciento en materia familiar oral, y este año se tienen a tres juzgadoras en los centros de justicia para mujeres de Azcapotzalco, Iztapalapa y Tlalpan.
• Las actitudes tradicionales, según las cuales se considera a la mujer como subordinada o se le atribuyen funciones estereotipadas; y los prejuicios, “perpetúan prácticas que entrañan violencia o coacción, y llegan a justificar esa violencia para protegerlas o dominarlas”.
Mencionó que, el efecto de dicha violencia sobre la integridad física y mental de la mujer es privarla del goce efectivo, el ejercicio y aun el conocimiento de sus derechos humanos y libertades fundamentales, por lo que estamos en deuda con ellas./AGENCIAS-PUNTOporPUNTO