La incuestionable presencia de grupos criminales dedicados al narcotráfico en la Ciudad de México es una realidad negada sistemáticamente en el pasado con espectacular cinismo por los jefes de gobierno y procuradores de justicia, que ahora nos estalla en las manos.
La táctica avestruz para evitar reconocer la operación de poderosos cárteles de la droga en nuestra capital, lejos de dejar tranquilos a los ciudadanos para no causar alarmas políticamente inconvenientes, nos tiene instalados en una crisis que está a punto de ser incontrolable.