El sector productivo de México anticipó que enfrentará “un magro” ritmo durante la primera parte del 2019, con cautela en la inversión, luego del comportamiento de la actividad económica en general, la cual está prevista como “débil”.
• El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) definió que entre la cancelación del NAIM, que costó al erario cerca de 200,000 millones de pesos, la ausencia de un análisis claro de la rentabilidad social y económica de proyectos como el Tren Maya, la política energética relacionada con Pemex y la cancelación de las subastas de energía eléctrica, la revisión de concesiones mineras y los eventos que llevaron al importante desabasto de combustibles en diversas ciudades del país y el bloqueo de vías férreas “afectaron la actividad productiva del país reflejándose, como señalamos, en un menor ritmo de crecimiento”.
• Advirtió de la cautela a la inversión durante este lapso, a causa de la incertidumbre y costos que se han ido acumulando por las decisiones del nuevo gobierno que han afectado la perspectiva futura de la calificación soberana de México.
• En su mensaje semanal, el organismo aglutinado en el CCE agregó que la incertidumbre sobre la evolución de la actividad económica del país en el corto, e incluso mediano plazo, aumentó una vez que se conocieron los resultados del comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el último trimestre del 2018, que mostró un debilitamiento, mayor al que ya anticipaba la estimación oportuna que el Inegi dio a conocer un mes antes.
• Los analistas del sector privado precisaron que el freno que tuvo la actividad productiva en el último mes del 2018, como consecuencia del desabasto de combustibles, afectó especialmente a la actividad industrial, que registró una caída trimestral de 1.2% y llevó a su comparación anual a una baja de 0.8%, que fue su primera variación negativa en los últimos cuatro trimestres.
“El mayor debilitamiento de la actividad productiva del país se concentró en el último mes del 2018, reflejando en buena medida la escasez de combustibles que propició el cambio de estrategia de distribución que instrumentaron las autoridades con el objetivo de combatir el problema del huachicol, propiciando un efecto negativo en la producción y distribución de bienes, así como en la prestación de servicios”, aseveró el CEESP.
La presencia de huelgas injustificadas en las maquiladoras del norte llevó a una ola de desempleo, ante la afectación de las empresas, en las cuales se han visto obligadas a elevar salarios bajo una ley que no está enfocada a dicho sector.
• Cifras más recientes indican que en enero la tasa de desocupación se ubicó en 3.5% como porcentaje de la Población Económicamente Activa, mientras que la de subocupación representó 6.7 por ciento.
• Si bien esas cifras resultaron inferiores a las del mes previo, por otro lado se observa que la precarización del mercado laboral se elevó significativamente, si se considera que la tasa de condiciones críticas de ocupación, que es el “porcentaje de la población ocupada que se encuentra trabajando menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, más la que trabaja más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y la que labora más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos” se ubicó en 18.05%, un nivel nunca antes visto./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO