Eran las 19:10 horas del 27 de enero. Una joven viajaba en la Línea 1 del Metro y cuando el convoy se acercaba a la estación Bulevar Puerto Aéreo se preparó para descender. De manera inopinada se le acercó un hombre y, tras encajarle algo en las costillas, le musitó: “Vas a salir conmigo y verás una camioneta blanca. Te vas a subir en ella y si alguien te dice algo, dices que es tu Uber”.
- La joven tuvo un ataque de ansiedad y comenzó a llorar. Una señora le preguntó: “¿Estás bien?”, pero ella no pudo hablar. La señora comenzó a gritar “¡Fuego, fuego!” para llamar la atención. La gente volteó de inmediato y un policía se le acercó. El presunto secuestrador soltó a la víctima y huyó. Este es uno de los 210 testimonios recabados en redes sociales y en el formulario abierto en internet por Serendipia Data –un portal de periodismo de datos– y por las activistas Sandra Barrón, Dana Corres y Alejandra Padilla a raíz de los intentos de secuestro, acoso y violencia sexual en los alrededores y dentro del Sistema del Transporte Colectivo Metro (STC).
- La mayoría de esos casos que desde la semana antepasada tienen en alerta al gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, son anónimos. Algunos datan incluso de 2008 e incluyen la fecha, hora y lugar de la agresión tanto en la capital como en su zona conurbada.
- Con esa base de datos las activistas diseñaron un mapa de toda la red del STC en el que ubican las zonas de riesgo y ahora demandan al gobierno capitalino tomar medidas para atacar ese problema.
- En el “gusano naranja”, como le dicen las agraviadas al convoy del Metro, los agresores las siguieron durante varias estaciones, incluso en los transbordes. Dicen que las miraban con insistencia, incluso aprovechaban cuando se distraían con su celular para acercárseles y sujetarlas del brazo. Luego las obligaban a desalojar el vagón y salir a la calle, donde las esperaban otros sujetos en un auto para llevárselas.
De acuerdo con las estadísticas del portal mencionado en casi 20% de los casos participaron por lo menos tres personas que eran morenos, altos y robustos; algunos bien parecidos y de casquete corto. Los horarios de mayor incidencia, según los testimonios, fueron de 12:00 a 13:00 horas; de 14:00 a 15:00 y de 20:00 a 21:00./PROCESO-PUNTOporPUNTO