En los hechos, el PRD amaneció ayer con dos dirigencias: el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y la Dirección Nacional Extraordinaria electa en congreso el mes pasado, aunque su vigencia y validez legal no han sido declaradas por el Instituto Nacional Electoral (INE). Ambas, sin embargo, están cuestionadas: el CEN fue electo en 2017 con una vigencia hasta el 10 de diciembre (ayer), en tanto que la reforma al estatuto del PRD que aprobó la creación de una nueva dirección nacional aún carece de validez jurídica. Esto porque el INE retrasó el análisis y eventual aprobación de la reforma estatutaria perredista, pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le ordenó conocer y analizar las distintas impugnaciones que perredistas inconformes presentaron en contra del XV Congreso del PRD y sus acuerdos, avalados con presuntas irregularidades, sin debate y de forma exprés. La reforma estatutaria [aún no validada] estableció la extinción del CEN para dar paso a una dirección nacional provisional, de cinco integrantes, que tomarían posesión ayer para iniciar funciones. /EL UNIVERSAL