La SOLEDAD DEL PODER, peor que la PENA DE MUERTE

Peña Nieto se queda solo, desde el pasado agosto, estaba cada vez más solo en la residencia oficial, ahora lo abandona personal de confianza.

El expresidente Enrique Peña Nieto se queda cada vez más solo, esto debido al repudio de su partido, la más baja popularidad en los últimos cinco sexenios, la denuncia en la Haya por crímenes de lesa humanidad y corrupción, además de la separación con Angélica Rivera y que el personal de confianza, perteneciente al Estado Mayor Presidencial se reincorporó a la Secretaría de la Defensa Nacionakl.

  • De acuerdo con columnistas nacionales, unas horas después del 1 de diciembre pasado, los empleados de confianza que por 6 años le sirvieron en Los Pinos se retiraron. “Es cuestión de horas, decenas de funcionarios de alto nivel dejeron de laborar en la Presidencia de la República”.
  • De acuerdo con funcionarios de la otrora casa presidencial, ante las renuncias de la mayor parte del personal de confianza, que buscaban no tener ningún conflicto a la hora de cobrar se retiró o finiquito, Los Pinos enfrentará el último conflicto a la hora de cobrar su retiro o finiquito”.

Desde hace tiempo se había reportado la notoria disminución del personal en la residencia oficial; en agosto pasado trascendió que “tanto la residencia oficial de Los Pinos como su agenda presidencial se han vaciado y, poco a poco, los cada vez más escasos visitantes lo notan y hasta tristeza sienten”.

Y esta lógica de abandono persiste, “el mexiquense mantuvo las últimas semanas de su mandato una dinámica de pocas apariciones públicas con el fin de atender el proceso de entrega recepción y dejar todo en orden a la próxima administración”.

La ruptura con La Gaviota

Hace unos meses se dio a conocer que también abandonó a Peña Nieto la exprimera dama Angélica Rivera, quien se separará de él formalmente al terminar el sexenio.

En octubre pasado Salvador García Soto publicó en su columna que “el distanciamiento entre Peña Nieto y la Gaviota era cada vez más profundo y el mandatario estaba más feliz cuando su esposa estaba de viaje que cuando estaba ahí”.

De igual forma, en el PRI, partido que lo llevó a la gubernatura mexiquense y luego a la Presidencia de la Republica también se ha alejado del exmandatario. “Nuño pertenecía al grupo de Luis Videgaray, el canciller y alter ego del Presidente, que tras la derrota en las elecciones son los apestados en el partido tricolor.

Hasta el final quisieron deshacerse de él —como cambiarle el lugar en la lista de plurinominales para que no alcanzara escaño—, pero no pudieron. Osorio Chong, tiene cuando menos seis años de vida política, y ellos dos la tienen muy acotada. Ahora es su turno. Comenzó con Peña Nieto”, señaló en el texto titulado El (muy) solitario del Palacio, Raymundo Riva Palacio. A Peña Nieto lo abandonaron sus cercanos; Videgaray y él son los apestados del PRI

La soledad, según José Mujica

«Las ratas siempre llegaban a la misma hora, sobre la una de la madrugada. Visitaban la celda cada noche, con idéntica misión: cazar migas», dice José Mujica, expresidente de Uruguay y ex prisionaro quien asegura que le servía para sentirse menos solo.

El político uruguayo dijo en entrevista que ese tipo de acciones le servían para tener contacto con la realidad. «Ahí tenías una referencia. Otra era el cambio de guardia. Se va generando el oficio de ser preso».

Pepe Mujica habla sobre las dos películas que se presentaron en el festival de cine La Mostra y que hablan sobre él:

  • «La noche de 12 años», que recrea su odisea como preso político, detenido en 1972 por pertenecer a la guerrilla de los Tupamaros, y liberado en 1985.
  • «El Pepe, una vida suprema», documental que habla sobre el expresidente de Uruguay y aquella manera de ser y pensar que ha conquistado a más de uno en el mundo  entero.

«Después de la pena de muerte, la soledad es uno de los castigos más duros», dice Mujica y menciona que con la soledad se pasó desde los 37 años hasta los 50. Sufrió torturas, comió jabón, perdió los dientes por los golpes que le daban, y a menudo la lucidez. «Eso que nos pasó a nosotros es liviano. Hay muchísimos que quedan por el camino», agrega.

Pepe tiene una hipótesis de como sobrevivió: «Cada uno se agarra a una canaleta. Cuando fui muy joven leí mucho. Y en esos años de soledad rumié. Repensar cosas y darle vueltas no es lo mismo que leer, es reconstruir.

Creo que el hombre aprende mucho más de la adversidad, siempre que no lo destruya, que de la bonanza» y agregó que la venganza de nada sirve: «No sé si perdono. Pero la naturaleza nos puso los ojos hacia adelante, y hay cuentas que nadie paga, ni se debe intentar cobrarlas».

Otra de las lecciones que le dejó el aislamiento y dejar la silla presidencial fue forjar su actitud de hoy: «Cuando tenía un colchón estaba contento. O una taza de agua. O si podía orinar. Descubrí que nos hacemos unos líos bárbaros por nada». /AGENCIAS- PUNTOporPUNTO

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