La investigación del caso Odebrecht en Colombia fue ayer más allá de los sobornos pagados por la constructora a cambio de concesiones. La muerte fulminante de un testigo clave y, al cabo de tres días, de su hijo, envenenado, ensombreció las indagaciones de un escándalo que se remonta a la financiación de las campañas presidenciales de 2010 y 2014. Este nuevo capítulo comenzó el pasado jueves, cuando el ingeniero Jorge Enrique Pizano, interventor de la Concesionaria Ruta del Sol, un proyecto en el que participó la compañía, falleció en su finca de Subachoque, cerca de Bogotá. Pizano, cuya muerte se atribuyó desde el principio a un infarto, era una de las piezas más importantes para recomponer el caso porque detectó varias irregularidades relacionadas con la obra./REFORMA