El tráiler con 273 cadáveres que fue extraído de la morgue jalisciense para deambular por Guadalajara retrató fielmente la saturación que presentan los servicios forenses de los estados y su incapacidad para atender conforme a la ley la enorme cantidad de cuerpos que genera todos los días la violencia en México.
- Si bien la bomba de tiempo terminó por estallar en las manos del mandatario jalisciense, Aristóteles Sandoval Díaz, lo cierto es que esa problemática en torno al tratamiento de los restos humanos es de carácter nacional con réplicas en entidades como Guerrero, Morelos, Veracruz, Guanajuato, Chihuahua, Baja California, Michoacán o Quintana Roo, por mencionar solamente las más visibles.
- El temor de que la misma crisis jalisciense se esté desarrollando calladamente en el resto de las entidades del país con el manejo, identificación y resguardo de los cadáveres incluso ya llegó a instituciones como la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), cuyo titular, Sergio Jaime Rochín del Rincón, lo reconoció en su reciente visita a Guadalajara del 21 de septiembre.
- “Nuestra visión también es que estos lamentables y dolorosísimos hechos de revictimización en el caso de los restos localizados, nos levanta una alerta muy importante de que hechos como los ocurridos ahora aquí en el estado de Jalisco pueden estar pasando en otros lugares del país. Por eso también estamos anunciando que a partir de hoy vamos a empezar un diagnóstico en todos los estados sobre los servicios forenses y la atención que se le está dando a esta situación donde se localizan restos humanos y la falta de capacidad de las entidades federativas para atenderla”, reveló.
Por ese motivo, el titular de la CEAV, exhortó a todos los gobiernos estatales en México a que observen los errores que cometió el Gobierno de Jalisco en el tratamiento de los cuerpos contenidos en el tráiler y obtengan así un aprendizaje de los mismos.
“Para nosotros lo más importante es cuidar la dignidad y primero decir que aquí (en Jalisco) no hubo ese cuidado en todo este proceso y lo que sí estamos exigiendo y pidiendo al gobierno del estado es que a partir de hoy se haga este cuidado y se garantice que hechos como este no se vuelvan a repetir aquí. También queremos insistir a todos los gobiernos de los estados en México que tomemos lección del caso Jalisco para cuidar con respeto los restos de las personas”, aseveró.
- El estudio que hará la CEAV sobre la manera en que están operando los servicios forenses estatales del país podría tener sus primeros resultados en seis meses, sin embargo, por ahora, hay una laguna de información en esa materia.
“Hay elementos que nos alertan claramente a revisar no sólo los estados más violentos del país, sino todos, pero hay que empezar por aquellos donde el grado de homicidios es mucho más fuerte, donde la violencia lleva años instalada como es el caso de Jalisco, por supuesto, para que podamos hacer un diagnóstico y, sobre todo, corregir antes de que truene el tema como sucedió aquí en el estado (…) no tenemos hoy por hoy un diagnóstico y ese es precisamente el tema en el que nosotros nos vamos a enfocar”, señaló Rochín del Rincón.
- El comisionado también advirtió a los gobiernos estatales que deben garantizar el tratamiento adecuado y digno de todos los restos humanos. “Son personas que fallecieron y no porque no estén reconocidas o no estén buscadas por sus familiares tienen menos dignidad”.
- Lo que hay frente a los servicios forenses de los estados es una tormenta perfecta: por un lado una espiral de violencia que sigue alcanzando nuevos máximos históricos, y por el otro, el mandato del Código Nacional de Procedimientos Penales que obliga desde 2016 a conservar los cadáveres vinculados con indagatorias en curso
Son múltiples los casos que han surgido en la geografía nacional sobre anomalías y deficiencias en la gestión de los restos humanos que yacen en manos de las autoridades estatales, unos más graves que otros, pero todos apuntando a una crisis forense cuyas dimensiones reales aún están por conocerse.
Sin capacidad de resguardo
- Un caso paradigmático es el que se vivió en noviembre pasado en Guerrero, uno de los estados más afectados por los altos niveles de violencia, y donde los servidores públicos de su Fiscalía tuvieron que parar labores en sus oficinas de Chilpancingo debido a la intensidad de los olores que expedían los restos humanos acumulados en el Servicio Médico Forense (Semefo) adjunto.
- Fue entonces que se reveló que las morgues de los municipios de Acapulco, Iguala y justamente Chilpancingo, con una capacidad de resguardo de 270 cadáveres, mantenían en ese momento 646, lo que duplicaba los espacios de la institución para el trato adecuado y digno de cuerpos.
- La situación de Guerrero, antes que mejorar desde aquel episodio, ha empeorado a la fecha, pues apenas en septiembre pasado se reportó que la cantidad de cadáveres en sus morgues había crecido a 800. La capacidad por morgue en Guerrero es de cerca de 270 cadáveres y se calcula que reciben más del doble
- Las alarmas por la saturación forense también se han encendido en estados del norte del país: en el Semefo de Ciudad Juárez, Chihuahua, apenas en mayo pasado, las autoridades reconocieron que la gran cantidad de cuerpos que se mantenían resguardados en esa morgue había rebasado las capacidades de enfriamiento de su sistema de refrigeración.
- Eso provocó que los cadáveres no pudieran conservarse en un estado adecuado sino que, por el contrario, entraran en putrefacción. La problemática tuvo efectos de revictimización, pues existieron quejas de ciudadanos hacia el gobierno de Javier Corral Jurado tras recibir los restos de sus seres queridos en un avanzado estado de descomposición y expidiendo olores fétidos.
La prensa local documentó que habrían sido hasta 140 cadáveres los que resultaron afectados por este manejo inadecuado por parte del gobierno chihuahuense.
Algo similar ocurrió en el Semefo de Morelia, Michoacán, otra entidad con una fuerte presencia del crimen organizado; en esas instalaciones los cuerpos que estaban en resguardo entraron igualmente en un estado avanzado de descomposición en enero de 2018 debido a que no se pudieron mantener en condiciones óptimas de refrigeración.
- La putrefacción de los restos humanos en el Semefo de Morelia no pudo ocultarse debido a los malos olores que comenzaron a liberarse en el lugar, y aunque las autoridades se limitaron a referir que el hecho se debió a una “falla” del sistema de refrigeración, trascendió que había cuerpos dispuestos incluso sobre el suelo del lugar.
- En el Semefo de Tijuana, Baja California, al menos desde julio pasado, las autoridades concentran sus esfuerzos en intentar mantener dentro de la capacidad máxima el reguardo de cadáveres -la morgue tiene cabida para 150-, sin embargo y debido a la violencia extendida, hay reportes de prensa sobre personas que deben aglomerarse en su exterior en busca de los restos de sus seres queridos.
- En Colima a mediados de 2017 el Semefo de Manzanillo también enfrentó un problema muy serio de olores fétidos que se habían esparcido sin control por esas instalaciones; finalmente en agosto de ese año la autoridad atribuyó el problema a la mala operación de su planta de tratamiento de aguas rojas.
- Finalmente, Nuevo León también ha pasado por la experiencia de ver sus morgues llenas: a mediados de 2010, con la disputa entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, el gobierno estatal tuvo que recurrir, como Jalisco, a la contratación de un camión refrigerante para el resguardo de cuerpos.
En por lo menos cinco entidades del país, de entre las cuales destacan Nuevo León, Guerrero, Chihuahua, Morelia, Baja California y Colima la falta de espacio para la conservación de cadáveres ha provocado la mala manipulación de los mismos, lo que se considera como un acto de revictimización/REPORTE INDIGO