Colombia no ha conseguido revertir el aumento constante de los cultivos de coca a pesar de los enormes esfuerzos de los últimos años. El informe anual del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Naciones Unidas, presentado ayer en Bogotá, precisa que la extensión total de los cultivos creció en 2017 de 146.000 a 171.000 hectáreas, lo que supone un 17% de aumento y marca el récord desde que se tienen registros. El nuevo Gobierno colombiano de Iván Duque admite que, debido a la dinámica de los narcocultivos, la cifra puede seguir al alza este año. Las estadísticas ratifican a Colombia como el primer productor de coca en el mundo y se conocen cuando el país debate la conveniencia de retomar las fumigaciones con glifosato -potencialmente cancerígeno- y enfrenta fuertes presiones por mostrar resultados positivos a Estados Unidos. La estrategia antidroga fue motivo de debate en la pasada campaña electoral. Juan Manuel Santos pedía cambiar el enfoque en la lucha global contra el narcotráfico, pero el nuevo Gobierno apuesta por la erradicación forzada. /EL PAÍS