El primer Congreso de la Ciudad de México, con Morena como primera fuerza legislativa, se instaló ayer con el compromiso de recuperar el papel que le había sido confiscado por el Poder Ejecutivo, transformarse en casa del pueblo y espacio natural para la deliberación, el consenso y los acuerdos.
- El grupo de Morena, en voz de su coordinadora, Ernestina Godoy, se asumió a su vez como una mayoría democrática derivada de un avasallante voto popular, pero que no será motivo para hacernos repetir los mayoriteos y agandalles que caracterizaron la actuación del PRD, el PAN y el PRI sobre la bancada de su partido en la última legislatura de la extinta Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Con la presencia de la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum Pardo, e integrantes de su próximo gabinete; del titular del Ejecutivo local, José Ramón Amieva, y los presidentes del Senado, Martí Batres y Mario Delgado, de la Cámara de Diputados, así como Álvaro Augusto Pérez, del Tribunal Superior del Justicia, todos festejaban.
- Los 66 legisladores rindieron protesta ante una mesa de decanos que presidió el morenista Ramón Jiménez, para luego nombrar la mesa directiva para la que fue electo como presidente el diputado del PT Jesús Martín del Campo, quien declaró al Congreso legalmente constituido para el ejercicio de sus funciones.
El Congreso capitalino rompió ayer con el tradicional acarreo afuera del recinto legislativo –salvo por un diputado plurinominal del PAN que apostó tras las vallas a personas con playeras blancas con su nombre y banderas de su partido–, pero aún así el dispositivo de cierre de vialidades y presencia policial fue excesivo, así como la sesión destinada al mensaje del jefe de Gobierno con motivo del Informe anual, que esta vez cedió su lugar a la sesión solemne con la que emitió la declaratoria para hacer del conocimiento a los capitalinos la entrada en vigor de la Constitución de la Ciudad de México.
- Con constituyentes como Bernardo Bátiz, Jaime Cárdenas, Jesús Ramírez, Mayela Delgadillo, Patricia Ortiz, Clara Brugada y Javier Quijano Baz, entre otros, el diputado Alejandro Encinas, quien presidió la mesa directiva de la Asamblea Constituyente, entregó al presidente de la mesa directiva la copia del texto constitucional que en su momento se entregó a la extinta Asamblea Legislativa y dirigió un mensaje en el que resumió el trabajo realizado en 42 días, 21 sesiones plenarias, entre ellas la más larga en la historia del país del 14 al 27 de enero de 2017 y 544 iniciativas de legisladores y 978 de ciudadanos.
- Resaltó que la Constitución es resultado de un largo proceso de lucha democrática en la ciudad, desde las movilizaciones sindicales de los ferrocarrileros, los médicos, los maestros en los años 50; el de los estudiantes de 1968 y 1971 –por lo que se congratuló de entregar a Martín del Campo, uno de los líderes del 68, la Constitución de la ciudad– y el que se generó tras el sismo de 1985.
Encinas desatacó además que la Constitución suprime el último vestigio de lo que fue la tutela del poder centralista del presidencialismo sobre la ciudad, que fue el Departamento del Distrito Federal, al dar paso a las alcaldías en lugar de las jefaturas delegacionales.
Hizo un reconocimiento a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes de 66 artículos fueron invalidadas en 13 preceptos algunas porciones normativas, preservaron derechos para los capitalinos, como el derecho al cuidado, al mínimo vital, al agua, así como a la democracia participativa mediante mecanismos como la iniciativa ciudadana, el plebiscito, el referéndum y la revocación de mandato. Destacó además la eliminación de fuero: hoy ya no tenemos fuero ninguno de los diputados de este primer Congreso de la Ciudad de México./LA JORNADA -PUNTOporPUNTO