Lleva 13 años midiendo la pobreza y más de una década dando seguimiento a la elaboración del presupuesto federal, y por primera vez habla claramente sobre los programas fallidos, los que benefician a los ricos y los que poco favorecen a los pobres. No tiene dudas: el gasto sirve para quedar bien con clientelas, controlar a grupos de presión y, en ocasiones, para combatir la marginación
- La justicia social no es el único ni el más importante criterio que orienta la elaboración del presupuesto federal, sostiene Gonzalo Hernández Licona, el funcionario que desde hace 13 años encabeza la institución dedicada a medir la pobreza en México y a evaluar el impacto de los programas sociales.
- El gasto federal, asegura Hernández, es ante todo un instrumento político que también sirve para controlar a los grupos de presión, desactivar focos de conflicto y quedar bien con los votantes.
- Es necesario, añade, que la nueva administración defina cuáles son sus objetivos, porque de ello dependerá el manejo presupuestal, los recortes y los planes que fortalezca o elimine, pues dentro de los seis mil 500 programas que existen en el país los hay para reducir la pobreza, los que no aportan nada al bienestar de los necesitados y los que incluso son “regresivos”, porque ayudan a las personas más ricas.
- En entrevista, Hernández Licona dijo que para el presupuesto de 2019 la recomendación para Hacienda fue que tuviera dos objetivos: bajar la pobreza y ampliar el acceso efectivo a los derechos sociales (ingreso, educación, salud, seguridad social, vivienda y servicios).
En el ámbito del desarrollo social les sugerimos que se fijen la meta de bajar la pobreza; si esa es la meta, entonces el Coneval hace un análisis de los 150 programas federales y les dice cuáles son los 45 que con más probabilidad pueden bajar la pobreza.
Ahora, si además los gobiernos saliente y entrante tienen la meta de ampliar el acceso a los derechos sociales, les decimos cuáles son los 93 programas a los que deben destinar mayor presupuesto.
- ¿Eso quiere decir que los demás programas no son importantes? La respuesta es: no son importantes para esos dos objetivos. Pueden serlo para otros, como mejorar la cohesión social o fomentar la equidad de género, pero no bajan la pobreza”, expone.
Ahora déjame exagerar, no digo que sea el caso, pero te lo digo sólo para ejemplificar: si el siguiente gobierno tiene como un objetivo ganar una elección intermedia en 2021, pues los programas prioritarios van a ser otros. Si el siguiente gobierno tiene como prioridad mejorar la seguridad pública, esta clasificación que hacemos nosotros en Coneval cada año no le va a servir para nada”./ CON INFORMACIÓN DE EJE CENTRAL- PUNTOporPUNTO