Las tres infecciones de transmisión sexual (ITS) provocadas por bacterias –gonorrea, sífilis y clamidia– han aumentado en los últimos tiempos, y los expertos alertan de los riesgos que conlleva para nuestra salud saltarse las normas de prevención. Si una persona sospecha que puede haberse contagiado de una, es fundamental acudir lo antes posible a un especialista para realizarse las pruebas pertinentes, ya que un diagnóstico precoz y un tratamiento temprano son muy importantes para curarlas.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 357 millones de personas se contagian cada año de gonorrea, sífilis, tricomoniasis o clamidia, que se propagan sobre todo por contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral. Entre los más de treinta virus, bacterias y parásitos que se transmiten en los intercambios sexuales, ocho están relacionados con infecciones. Cuatro son curables –sífilis, gonorrea, clamidia y tricomoniasis– mientras que las otras –hepatitis B, virus del herpes simple, VIH y virus del papiloma humano– no lo son, pero se controlan con tratamiento.
Los antibióticos atajan las infecciones provocadas por bacterias, como la clamidia, la gonorrea y la sífilis. Sin embargo, debido al uso indebido o excesivo de estos fármacos, algunos están perdiendo su eficacia. De las tres infecciones bacterianas, la gonorrea es la más resistente a los antibióticos. De hecho, se han detectado cepas del gonococo Neisseria gonorrhoeae –la bacteria que causa esta infección– que no reaccionan ante ninguno de los fármacos actuales. “Las bacterias resistentes a los antibióticos pueden suponer un grave problema de salud pública. De hecho, ya empieza a serlo”, advierte Francisco Botía Martínez, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene.
Entre 2008 y 2014, la tasa de infecciones por gonorrea en Europa pasó de ocho casos por cada cien mil personas a veinte, más del doble. Según datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), en 2014 se declararon 66.413 casos en veintisiete países del continente –incluida España–, lo que supone un incremento del 25 % respecto al año anterior. La mayoría de las infecciones se diagnosticaron en jóvenes de entre 15 y 34 años y casi la mitad las padecieron hombres que habían practicado sexo con otros varones.
Por encima de la gonorrea está la clamidia, con cerca de 400.000 casos registrados en 2014 y una tasa de 187 infecciones por cada cien mil europeos. En esta infección, la incidencia es superior en las mujeres. En cuanto a la sífilis, en ese año se contabilizaron 24.541 casos, con tasas seis veces más altas entre los hombres.
Las razones de este incremento
“El aumento de las infecciones de transmisión sexual tiene múltiples causas que se deben abordar de modo conjunto: la pérdida del miedo al VIH y a otras ITS, el uso de aplicaciones móviles que facilitan los contactos sexuales y el aumento del consumo de alcohol y drogas recreativas que disminuyen la percepción del riesgo”, enumera Teresa Puerta, coordinadora del Grupo Español para la Investigación de las ETS/Sida de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
La dermatóloga, que trabaja en el Centro Sanitario Sandoval –organismo monográfico público de referencia en España para el diagnóstico de enfermedades de transmisión sexual–, recuerda que tanto la gonorrea como la sífilis y la clamidia son enfermedades de declaración obligatoria –los médicos deben notificarlas al centro de salud pública que corresponda– y los datos se incluyen en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE).
De estas tres infecciones, la más común en nuestro país no es la clamidia, sino la gonorrea –en el 88 % de los casos, afecta a varones–. La sífilis ocupa el segundo lugar, con 3.886 enfermos, sobre todo hombres. Y la clamidia cierra la lista con 3.563 infecciones, la mayoría en mujeres./MUY INTERESANTE