El equipo técnico designado por Andrés Manuel López Obrador para evaluar el proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco advirtió que la obra pone en riesgo la integridad del lago Nabor Carrillo y de los servicios ambientales que presta.
- El informe entregado al Presidente electo indica que el cuerpo acuático se encuentra dentro del área de operaciones aéreas prevista, lo que representa un riesgo para el aterrizaje y despegue de aviones.
- Señala que, de hecho, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), que ejecuta la obra, fue advertido de dicho riesgo por el Centro para el Desarrollo de Sistemas Avanzados de Aviación (MITRE), que fue contratado para certificar la viabilidad aeronáutica del proyecto.
- «Una de las recomendaciones de MITRE, basada en la circular 150/5200-33B de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), recomienda que, para reducir el ‘riesgo aviar’ y proteger el aterrizaje, el despegue y el espacio aéreo circundante a un aeropuerto, se debe dejar una distancia de ocho kilómetros entre el área de operaciones aéreas y cualquier atractor de ‘fauna riesgosa’; el lago Nabor Carrillo se encuentra dentro de este radio», indica el reporte.
El equipo técnico remarcó que el cuerpo acuático tiene vocación original de hábitat de especies endémicas migratorias y que ofrece importantes servicios ambientales ecosistémicos.
El dictamen expone que representantes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informaron durante una reunión que el lago se convertirá en una laguna de regulación, mientras que el GACM afirma que se mantendrá como «espejo permanente de agua» y que seguirá siendo hábitat de aves migratorias.
- «Estas dos posturas se contradicen, pues, si el lago Nabor Carrillo entra al sistema regulador, recibiría aguas negras y por lo tanto se contaminaría, dejando de cumplir sus muy importantes funciones ambientales; además, para ser parte del sistema regulador, debería estar sin agua en la temporada de lluvias», expone.
- «Nuestra opinión es que, para mantener su valor y los servicios ambientales que brinda, éste debe ser un cuerpo permanente de agua y mantener un nivel y calidad de agua óptimos, que garanticen sus servicios ambientales. La construcción del NAIM hace incompatible su situación original, convirtiéndolo en una laguna de regulación y con la necesidad de transferir a otro sitio el refugio de aves migratorias».
En uno de los documentos que sirvieron de insumo al dictamen, José Luis Luege, ex director de la Conagua, remarca la necesidad de mantener la integridad del lago.
- «Las consecuencias ambientales de desaparecer el Lago Nabor Carrillo como cuerpo de agua permanente, hábitat de un número muy importante de aves tanto locales como migratorias y su condición favorecedora de un microclima benéfico en toda la zona oriente, no fueron evaluadas en la Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto, violando gravemente la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente», advierte./ CON INFORMACIÓN DE REFORMA