El 30 de junio de 2014, en la bodega de San Pedro Limón, municipio de Tlatlaya, Estado de México, la orden fue abatir. Peor aún, la orden fue «abatir delincuentes en horas de oscuridad», como lo reveló el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) en 2015.
Las tropas deberán operar en la noche en forma masiva y en el día reducir la actividad a fin de abatir delincuentes en horas de oscuridad, ya que el mayor número de delitos se comete en ese horario».Informe del Centro Prodh.
Sin embargo, a 4 años no hay ni verdad ni justicia. La versión oficial del caso daba cuenta de las 22 muertes generadas casi en su totalidad a causa de un enfrentamiento entre un «grupo de delincuentes» y militares. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el Gobierno del Estado de México.
La Procuraduría General de la República (PGR) e incluso la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) generaron una versión aparentemente indiscutible que fue evidenciada en su falsedad por Associated Press y la revista Esquire, quienes le dieron voz a la madre de la única víctima mujer de los hechos, Clara Gómez González, y, quien entonces, era identificada como Julia.
- Hoy, a 4 años, se abre una nueva ventana de oportunidad para que los hechos no queden en la impunidad, luego que el juez décimocuarto de distrito ordena al Ministerio Público Federal realizar una investigación pronta, exhaustiva e imparcial.
- Los ejes principales donde se sostiene la sentencia emitida son que, hasta ahora, no se ha determinado a los responsable materiales de los hechos, estuvieron detenidos siete militares, los últimos tres fueron liberados en 2016.
- Familiares de soldados acusados de homicidio sostienen una pancarta durante una protesta contra el gobierno en Ciudad de México el 11 de octubre de 2014.
- La sentencia destaca además la orden de abatir delincuentes en hora de oscuridad, así como que tampoco se ha revelado el origen de esta orden ni la cadena de mando.
«Esto es muy relevante porque podemos hablar de los autores materiales de los hechos, pero lo que el Centro siempre ha dicho es que se tiene que deslindar responsabilidades o determinar las responsabilidades de los superiores jerárquicos, considerando la estructura de las fuerzas armadas», apunta Gabriela Carreón, abogada del Centro Prodh, en entrevista con el HuffPost.
- Es una muy buena noticia, jurídicamente es muy relevante para la investigación y para Clara Gómez, quien en estos cuatro años ha estado impulsando el caso». Gabriela Carreón.
El diablo está en los detalles y, por ello, la importancia de las palabras usadas en la orden. Se habla de «delincuentes» sin respetar la presunción de inocencia, «una persona no es culpable hasta que se demuestre en tribunales».
«Cuando tienes una orden de este tipo dirigida a la tropa que salió ese 30 de junio de 2014 a patrullar, tienes ahí resultados materiales, esta orden de abatir forma parte de una orden relevo, es decir se habían cambiado los mandos, y a su vez forma parte de la llamada Operación Dragón», explica la abogada del Centro Prodh.
Aunque Carreón apunta que no han logrado documentar exactamente en qué consiste dicha operación, ahí la importancia de saber si existen más órdenes como estas, porque de haberlas, «estaríamos hablando de que estos hechos no solo serían en Tlatlaya, sino que estarían sucediendo en otros lugares del país.»
Posiblemente hay más órdenes de este tipo, el Centro tiene información de la persona que firmó esa orden, en donde señala que para él era un machote, es decir que había más de estos documentos y que solo se cambiaba la firma.»Gabriela Carreón.
La sentencia del juez décimocuarto de distrito establece que se debe investigar la cadena de mando de la orden de abatir delincuentes en horas de oscuridad, esto «tiene que ver con las propias estructuras de las fuerzas armadas y que para nosotros desde el Pro es relevante determinar quién está arriba de la persona que firmó la orden y quién o quiénes están arriba, pues son quienes estarían vigilando estas estrategias de seguridad ciudadana, tomando en cuenta que las fuerzas armadas ahora hacen labores de seguridad ciudadana.»/ CON INFORMACIÓN DE HUFFINGTON POST